La gloria y el poder no nos sirven. Incluso si se les da!
En el mundo, a menudo parece que no hay lugar para los débiles. Afortunadamente, muchas personas se encargan de demostrar lo contrario. Carlos Alonso, mejor conocido por "Santillana" fue uno de los mejores centroavantes Europa en la década de 70. A menudo fue campeón con el Real Madrid, vice-campeón de Europa con la selección española y participó en varios campeonatos mundiales. Carlos mostró garra en cada juego. Después de una lesión grave, se encontró que sólo tenía un borde de trabajo! Sin embargo, continuó jugando como si nada hubiera.
Dios a veces actúa de una manera incomprensible para nosotros. Él no está impresionado con las apariencias o con la fuerza física o espiritual para elegir a sus obreros. Dios usa a todos, independientemente de sus habilidades únicas. Él elige por encima de todo, un tipo especial de persona: los débiles. Parece que es como si hay un cartel de "lo que uno necesita" que había escrito lo siguiente: "el más débil es el mejor."
Corremos un grave riesgo de llegar a ser orgulloso. En cualquier área de la vida, cada vez que hacemos algo bien, nos gusta mostrar a los demás. Mostramos nuestras medallas a nuestros amigos y enemigos, conocidos y desconocidos. Nos gusta ser visto y admirado por la multitud. Dios lo sabe y por lo tanto utiliza los débiles, los humildes, los más bajos, los menos poderosos ... El ejército de Dios está formado por gente pobre, pero la gente es capaz de derrotar al enemigo más fuerte. La característica común es la dependencia exclusiva de su Creador.
La fuerza de estas debilidades es el hecho de que se gloríe sólo en la cruz de Jesucristo. Pablo mismo dijo que "lejos de mí gloriarme, sino en la cruz de Cristo." Todos debemos tomar conciencia de que sin la cruz de Cristo, seríamos un grupo de perdedores y el hazmerreír del mundo.
Dios tiene su manera de hacer las cosas, más débil que somos, Él nos hace más fuertes. Cuanto más cerca de su cruz, más nos llene de su poder. Y la cruz no es un amuleto; no tiene ningún valor sin Jesús - Dios mismo hecho hombre, que murió en la cruz por nosotros. Más que eso, subido conquistar la muerte. Él es el ganador por excelencia de todo el universo.
Es nuestra gloria. Cuando miramos a Él, nadie puede derrotarnos. Cuando reconocemos nuestra debilidad en el pie de la cruz, somos los más fuertes en el mundo.
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