Cirugía espiritual
Hace unos 25 años pasé por una profunda depresión. Dios no estaba en contra mía; simplemente estaba reconstruyéndome. Durante ese tiempo, Él estaba haciendo algunos trabajos necesarios en mi carácter. Las lecciones que aprendí en el corto plazo me han hecho más efectivo para Su obra a largo plazo. Él me enseñó a tener compasión por las personas que sufren al permitirme experimentar el sufrimiento. Ésa fue una dimensión que había estado gravemente carente en mi vida. Dios me enseñó a confiar en Él, no en mí mismo. Todos mis planes cuidadosamente elaborados cayeron por los suelos. Luego Él intervino y volvió a armarlo todo de nuevo.
Fue una época de sequía espiritual en mi vida. A veces estaba molesto con Dios, y me molestaba lo que me estaba haciendo. Pero ahora miro atrás hacia ese período y veo Su bondad en todas partes.
Dios fue tan fiel conmigo que eligió hacer algunas reparaciones necesarias en mi corazón y carácter antes de que fuera demasiado tarde. Pero por un tiempo, no me di cuenta que estaba en cirugía. Dios me estaba operando espiritualmente así como un cirujano me operaría físicamente. Tenía algunos tumores gravemente malignos de egoísmo y arrogancia que tenían que ser extirpados.
Si estás mirando las circunstancias de tu vida y todo está oscuro, no te desanimes. Tal vez tu negocio ha fracasado, tal vez estés leyendo esto en la cama de algún hospital, tal vez estás soportando otra ronda de quimioterapia, tal vez algún compañero de trabajo acaba de quitarte un ascenso bien merecido. Tal vez estés sintiendo que Dios te ha abandonado.
Confía en Jesús (Proverbios 3:5-6). No puedes verlo ahora, pero de hecho estás en un lugar de crecimiento. Sigue abierto y dispuesto a recibir enseñanza. Ora para que aprendas todo lo que el Señor tiene para ti en esta situación. Date cuenta que éste es un tiempo de cirugía espiritual, ¡y vendrá la sanidad!
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