NO LO OLVIDES NUNCA

No lo olvides nunca.

La cercanía de Dios nos hace disfrutar, cantar, nos llena de júbilo.

Durante unos juegos atléticos especiales en la ciudad de Seattle, Estados Unidos, los nueve corredores con deficiencias físicas y mentales estaban a punto de participar en la carrera de los 100 metros.

Cuando la señal de salida se oyó, todos comenzaron a correr. Todos menos uno, que al caerse, solo pudo llorar víctima del nerviosismo y el dolor. Cuando los demás lo oyeron, algunos dejaron de correr y miraron hacia atrás.

Una de las corredoras con síndrome de Down se arrodilló y besó al chico que había caído, diciéndole: «Estarás bien y sanarás». Lo levantó y le dio la mano para llegar donde estaban los demás, así que todos se tomaron de las manos y corrieron juntos hasta la meta.

El estadio comenzó a aplaudir y no dejó de hacerlo durante muchos minutos. Nadie podía olvidar lo que había visto. Todos deberíamos aprender de su ejemplo; en el deporte y en la vida.

Zacarías fue llamado por Dios para enseñar al pueblo que ayudar a otros tiene mucho más valor que todas nuestras posesiones o logros. Zacarías significa «el Señor recuerda».

Dios lo llamó para señalar a su pueblo que el pecado lo estaba destruyendo, y solo la justicia del Señor lo haría verdaderamente feliz. Habían sido llevados cautivos por culpa de su rebelión contra Dios, y ahora volvían a su tierra porque Dios los había renovado y restaurado en su amor.
Zacarías nos recuerda también una de las lecciones más importantes en la vida cristiana: la cercanía de Dios nos hace disfrutar, cantar, nos llena de júbilo.

Cuanto más nos enamoramos del Señor, más reina la alegría en nuestra vida; una alegría que siempre permanece con nosotros, porque no tiene nada que ver con las circunstancias. Nuestro objetivo en la vida no es vivir en una victoria continua, sino parecernos más a Dios y aprender a ayudar a los demás.

Ese estilo de vida no se logra con nuestras fuerzas ni con nuestro conocimiento, sino por el poder del Espíritu de Dios. Nosotros necesitamos esta misma dependencia de Dios.

ORACIÓN
Padre que estás en los cielos, gracias por tu amor. Enséñame a descubrir tu belleza y vivir siempre entusiasmado contigo. Te quiero.

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