Palabras Pueden Ser Peligrosas

PALABRAS FUERTES

… todo aquel que no hace justicia…, no es de Dios. — 1 Juan 3:10En un libro titulado Anticristianos, se enumeran razones por las que a algunos incrédulos no les gustan las personas que profesan fe en Jesucristo. La mayor queja tiene que ver con el modo en que algunos creyentes tratan a los incrédulos, y en ese estudio, estos tienden a considerar a los cristianos hipócritas, críticos, ásperos y odiosos con aquellos que los rechazan.
Estoy seguro de que te desagrada como a mí oír lo que ellos piensan de los creyentes. A veces, sus percepciones son más ciertas de lo que nos gustaría que fueran. Primera Juan 3 comienza con las palabras: «Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios» (vs. 1). Juan presenta un agudo contraste: Los creyentes aman la justicia, se mantienen alejados del pecado y se aman unos a otros; los incrédulos practican el pecado, odian a los demás y permanecen espiritualmente muertos. ¡Qué palabras tan fuertes! O somos seguidores de Jesucristo o del diablo. Somos como Caín o como Abel (1 Jn. 3:10 – 12 - Génesis 4:8-15).
 Juan además dice que amar a los demás es la prueba que somos verdaderos hijos de Dios (3:10, 18-19; 4:7-8).
 - Como creyentes no podemos seguir practicando el pecado y declarar que somos seguidores de Cristo (1 Jn. 3:9).

- Como cristianos no podemos simular que somos buenos y criticar, murmurar, y pensar mal de los hermanos (1 Jn. 3:10,11).


- Como cristianos no podemos hablar de amor y ser egoístas especialmente con aquellos que están cerca de nosotros.


- Como hijos de Dios no podemos decir que amamos a las personas, y no lo manifestamos con hechos prácticos (1 Jn. 3: 17,18)

- Como cristianos Juan además dice que amar a los demás es la prueba que somos verdaderos hijos de Dios (3:10, 18-19; 4:7-8).
Asegurémonos que nuestras palabras y acciones respalden nuestras creencias.
Reflexionemos: Seguir a Cristo exige dos cosas: Creer y actuar en consecuencia.

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