Una pareja perfecta

Una pareja perfecta

«¡Ustedes harían una pareja perfecta!» Hay algo en esa frase que hace que la mayoría de los hombres quiera salir corriendo.

Citas a ciegas. Arreglos. Como quiera que se les llame, sólo significan una cosa: alguien está tratando de tomar tus decisiones amorosas.

En caso de que no hayas adivinado, no soy un gran fanático de las citas a ciegas. Siendo como soy soltero a mi edad, escucho esa primera oración muchas veces de personas de mi iglesia.

Supongo que mi mayor problema es que ya es lo suficientemente difícil lidiar con mis propias expectativas de una relación. Si a eso se le añaden las expectativas de un casamentero amistoso, la carga se vuelve más pesada.

Habiendo dicho eso, déjame hablarte de dos parejas perfectas: la misericordia y la verdad; la justicia y la paz. ¿No se ven maravillosas juntas? Esas parejas funcionan a la perfección porque Dios las unió.

El Salmo 85 empieza describiendo el problema en que se mete Israel cuando ignora a Dios, y termina expresando confianza en Su fidelidad. En el versículo 10, la misericordia y la verdad «se encontraron», y la justicia y la paz «se besaron». La imagen es la de una relación íntima: una comparación apropiada porque las cualidades están muy estrechamente relacionadas.

Este salmo enseña que a medida que damos el control de nuestras vidas a Dios y lo obedecemos, Él lidia tierna y generosamente con nosotros. Experimentamos sus atributos y lo apreciamos más.

Oímos hablar mucho de las penas por la desobediencia como una advertencia contra el pecado. Pero recordemos que cuando seguimos a Dios, experimentamos bendiciones y beneficios espirituales.

¿Estás cansado de la soledad (independientemente de tu situación amorosa)? Disfruta las parejas perfectas de la misericordia y la verdad de Dios, su justicia y su paz. ¡Te llevarás muy bien con las cuatro! —JC

R E F L E X I Ó N
■ ¿Cuál de las cuatro características de Dios en el Salmo 85 —la paz, la justicia, la misericordia y la verdad— necesito experimentar ahora?
■ ¿Por qué es la promesa de la bendición espiritual por la obediencia más motivadora a veces que el castigo por la desobediencia?
■ Señor, quiero verte obrar en mi vida. Al obedecerte, muéstrame tus atributos más claramente. Ayúdame a seguirte fielmente.

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