¿QUIEN ERES EN VERDAD?




No seamos hipócritas:

No digas PADRE, si cada día no te comportas como un hijo.
No digas NUESTRO, si vives aislado en tu egoísmo.
No digas QUE ESTAS EN LOS CIELOS, si sólo piensas en las cosas terrenales. 
No digas SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, si no lo honras.
No digas
VENGA A NOSOTROS TU REINO, si lo confundes con el éxito material.
No digas
HÁGASE TU VOLUNTAD, si no la aceptas como es, favorable o dolorosa.
No digas
ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO, si dudas de la existencia del Infierno.

No digas EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, si no te preocupas por la gente que tiene hambre.
No digas PERDONA NUESTRAS OFENSAS, si guardas rencor a tus hermanos. 
No digas LÍBRANOS DEL MAL, si amas a tus pecados favoritos.
No digas AMÉN, si no has entendido o no has tomado en serio las palabras de esta oración modelo que nos enseñó Jesús.

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