Haga de la oración un hábito. 2

Haga de la oración un hábito.

1.        Decida orar; no espere hasta que sienta deseos de hacerlo.
No espere a que le llegue el deseo de orar; orar es un habito, una decisión, algo que usted debe hacer sin importar cómo se siente. Orar es una disciplina de acción, no un asunto de sentimientos. 
 2.        Haga de la oración una parte de su vida diría.
Usted pude orar en cualquier lugar y en cualquier momento. Algunas personas llaman a esas oraciones “oraciones flechas”; usted las lanza tan pronto como una necesidad aparece en su vida. No hace falta cerrar los ojos ni arrodillarse.
 3.        Ora a Dios meditando en su Palabra.
Tome un pasaje de las escrituras y ore a Dios meditando en su Palabra. Tome las promesas de Dios y repítaselas; haga suyas esas promesas. Recitar las Escrituras es una de las formas más poderosas de orar. Saber que Dios honra su Palabra provee una gran confianza. 
 4.        Decida que nunca tomará una decisión importante sin orar primero.
Tomar decisiones sin buscar la dirección de Dios puede acarrear una multitud de problemas que se podrían evitar. Dé a Dios la oportunidad de conocer su necesidad antes de tomar los asuntos en sus propias manos. 
 5.        Ore antes de salir de su casa por la mañana.
Haga una oración antes de salir por la mañana. Ore por y acerca de ese día. Conságralo a Dios. Pídale sus bendiciones, protección, ideas y compromisos originados en Dios. 
 6.        Confiese inmediatamente.
En cuanto usted se da cuenta de que ha pecado, deténgase y confiesa a Dios ese pecado inmediatamente. Póngase en armonía con Dios. El pecado no confesado afectara cada área de tu vida y entorpecerá el plan de Dios para usted. 
 7.        Pruebe diferentes posiciones para orar: parado, sentado, arrodillado, postrado.
Experimente, pero recuerde que es posición del corazón, no la posición del cuerpo, la que Dios observa. Sin embargo, la posición del cuerpo puede ser un indicador de su corazón. Por ejemplo, arrodillarse es una indicación de sumisión a Dios.

8.        Ore con sencillez.
Concéntrese en ser genuino delante de Dios, no se preocupe por las palabras que utiliza. La oración es una conversación con Dios, él no se impresiona con el tono de nuestra voz o el volumen. Simplemente, hable con Dios de manera natural. 
 9.        Nunca se rinda: siga orando.
Dios ha prometido bendecir nuestra perseverancia. Puesto que la oración debe estar basada en la fe, esta llega a ser una prueba de la seriedad de nuestra fe. 
 10.     Espere respuestas.
Fe es expectativa. Espere que Dios responda a su oración. Dios responderá sus oraciones en una de estas cuatro maneras: “si”, “no”, “espera”, o “yo tengo algo diferente, algo mejor”.

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