¿Cómo ser amigos de Dios?
Base Bíblica:
Santiago 4:8
Acercaos a Dios, y él se
acercará a vosotros. Pecadores, limpiad
las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. RV60
Háganse amigos de Dios, y
él se hará amigo de ustedes. ¡Pecadores, dejen de hacer el mal! Los que quieren
amar a Dios, pero también quieren pecar, deben tomar una decisión: o Dios, o el
mundo de pecado. TLA.
Introducción:
El Señor Jesús dijo a sus
discípulos: "Si hacen lo que les digo, son mis amigos. Ya no les
digo siervos, porque un siervo no sabe los planes de su amo. Les digo amigos
porque les di a conocer todo lo que escuché del Padre." (Juan 15:14, 15).
De Abraham, Dios dijo que era "su amigo" (Isaías 41:8. «Pero
tú, Israel, mi siervo, tú Jacob, a quien he escogido, simiente de Abraham, mi
amigo:
Isa 41:9 Te tomé de los confines de
la tierra, te llamé de los rincones más remotos, y te dije: “Tú eres mi
siervo.”Yo te escogí; no te rechacé.
2 Crónicas 20:7). ¿No
fuiste tú, Dios nuestro, quien a los ojos de tu pueblo Israel expulsó a los
habitantes de esta tierra? ¿Y no fuiste tú quien les dio para siempre esta
tierra a los descendientes de tu amigo Abraham? Y otra versión dice así. Dios nuestro,
¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la
diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre? RV60
¿Ha meditado usted en este aspecto? ¿Es
posible ser amigo de Dios? ¿Cuáles son las condiciones para ser
"amigo" de Dios? ¿Qué responsabilidades acarrea esta condición
especial? Estos interrogantes y otros que sin duda se estará formulando,
tendrán respuesta en la Lección de hoy.
I.- Ser amigo de Dios es una condición posible de
alcanzar
Si nos preguntamos qué
características rodean a un "amigo de Dios", podemos sintetizarlas en
dos elementos fundamentales: el primero, lealtad, y el segundo, perseverancia.
Ninguna relación se construcción con el deseo unilateral, es decir, de una de
las partes, sino de los dos interesados. En nuestra relación con Dios, el amado
Padre está vivamente interesado en ser nuestro "amigo"; sin embargo,
para que el esquema esté completo, se requiere que de nuestra parte exista un
interés similar.
1.- El Señor Jesús anunció que
podríamos ser sus amigos (Juan 15:14) Vosotros
sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.- Él dejó claro el propósito que tenía de
concedernos ese titulo especial de acercamiento. Dijo, sin embargo, que para
ser sus amigos, deberíamos cumplir los mandamientos. El proceso es sencillo:
primero, los conocemos; segundo, los asimilamos; tercero, los ponemos en
práctica.
2.- La historia demuestra que
sí es posible: Abraham fue considerado por Dios como su amigo (Isaías 41:8; Cf.
2 Crónicas 20:7).- Fue fiel al
Creador. Vivió en consonancia con aquello que Dios esperaba de Él. Mantenía
íntima comunión en oración. Y además, se fortaleció en la fe aun cuando las
circunstancias adversas hacían temer que no se materializaría aquello que Dios
le había prometido.
3.- La fe
constituyó el peldaño que le permitió a Abraham ser considerado
"amigo" de Dios (Santiago 2:22, 23) ¿No ves que la fe
actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó
a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.- La
vida de Abraham puso en evidencia que tenía su fe afincada en Dios; a pesar de
las dificultades no menguó sino que creció porque cada nuevo incidente le llevó
a tomarse con mayor fuerza de la mano del Padre; depositó siempre su confianza
de que Dios cumpliría aquello que le había prometido y además, fue agradable
delante de sus ojos.
II.- Es necesario volvernos a Dios para ser sus amigos.
Entre tanto nos movamos
conforme a los parámetros de la mundanalidad, estaremos distantes de Dios y
cosecharemos el fruto de la maldad que hayamos sembrado (Santiago 4:1-3). ¿De
dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras
pasiones, las cuales combaten en
vuestros miembros? 2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no
podéis alcanzar; combatís y lucháis,
pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
RV60. Nadie obra de buenas a primeras
sujeto al pecado. Es cierto, nacemos con una naturaleza pecaminosa, pero la
alimentamos con nuestros pensamientos y acciones. Y no podemos olvidar que
aquél que es amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios (Santiago 4:4). ¡Oh
almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo
del mundo, se constituye enemigo de Dios.
1.- Si anhelamos ser amigos de
Dios, debemos ir a Él (Santiago 4:8) Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las
manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.-
La decisión de ser amigos de Dios no parte de nuestro amado Señor sino de cada
uno de nosotros. Para lograrlo es necesario despojarnos de todo aquello que
pudiera amarrarnos a la mundanalidad. Significa en esencia, renuncia.
2.- Para ser amigos de Dios es
necesario honrarle (Salmo 25:14 La
comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su
pacto.
Proverbios
3:32)
Porque
Jehová abomina al perverso;
Mas su
comunión íntima es con los justos.-
¿Cuándo honramos a Dios? Cuando andamos en sus caminos y, sujetos a Él,
deseamos de todo corazón exaltarle con lo que pensamos y con lo que hacemos. El
Señor espera un pueblo así, comprometido, que se desenvuelva en sus preceptos
los cuales aseguran una buena relación con el Padre, con nosotros mismos y con
los demás.
3.- Si anhelamos ser amigos de
Dios, debemos reconocer su grandeza y poder (Job 10:6.
Para que inquieras mi iniquidad, Y busques mi pecado.;
37:23) El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder;
Y en
juicio y en multitud de justicia no afligirá.- El
mayor problema es que los seres humanos sin Cristo en el corazón, tendemos a
confiar más en nuestras fuerzas y capacidades, que en el poder de Dios.
Solamente cuando nos sometemos a Él aprendemos a desarrollar una estrecha
dependencia del Padre.
4.- Sin anhelamos ser amigos de
Dios, debemos ser leales a Él (Salmo 37:28 Porque
Jehová ama la rectitud,
Y no
desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la descendencia de
los impíos será destruida.;
Proverbios 2:7, 8 El provee de sana
sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente.
8 Es el que guarda las veredas del juicio, Y
preserva el camino de sus santos.).- Fieles a Dios no es otra cosa que permanencia en
Él, por encima de las circunstancias que puedan asaltarnos. Sean favorables o
desfavorables las condiciones, estar siempre ahí, en la brecha. Asidos de la
mano de Dios. Tener conciencia de que Él no nos dejará solos jamás.
5.- Si anhelamos ser amigos de
Dios, debemos disponernos para que Él nos guíe (Isaías 48:17) Así
ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo,
que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.- Para
tal propósito es imperativo que le reconozcamos como nuestro Dios. Aprender de
sus enseñanzas. Permitir que opere una transformación total en nuestra forma de
pensar y de actuar. Es el secreto. No hay otro. Abrirle nuestro corazón a Aquél
que todo lo puede.
Conclusión:
Si nos conformamos con ser
parte del montón, como cristianos que ven pasar la vida sin que su existencia
sea transformada por Dios y así impactar al mundo sin Cristo, no habremos
avanzado en la escalera del crecimiento personal y espiritual. Pero si nos
disponemos para el Señor, abriendo el corazón para que Él opere los cambios que
considere oportunos y necesarios, habremos dado pasos agigantados hacia el
hombre o mujer que Dios quiere que seamos.
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