Conocer Y Hacer
El
que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se
mira el rostro en un espejo. Santiago 1:23
Un
conocido profesor del seminario pasó un verano estudiando en
Jerusalén. En su edificio de apartamentos vivía un rabino ortodoxo,
con el que estudió hebreo durante esos meses. Un día, el profesor
se sentó y escuchó a su amigo judío mientras recitaba en hebreo
todo el libro de los Salmos, sin equivocarse siquiera en un punto o
una coma.
La
lección que aprendió fue la misma que Jesús enseñó en Mateo
7:24-27: No son los que escuchan o «conocen» la Palabra de Dios los
que serán bendecidos, sino los que la practican. El conocimiento de
la Palabra de Dios es importante. Sin este, el pueblo de Dios sufrió
(Oseas 4:6). Pero un gran conocimiento también puede hacer prosperar
la raíz del orgullo en el corazón humano, el cual tiende al pecado
(1 Corintios 8:1).
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