Antídoto para los Ocupados
Los Ocupados.
El
servicio comienza en la mente. Para ser un siervo del reino se
requiere un cambio de mente y un cambio en las actitudes. A Dios le
importa más por qué hacemos las cosas que lo que hacemos. Un ejemplo
es el rey Amasias la Biblia habla acerca de él. E hizo lo recto ante
los ojos del Señor, aunque no de todo corazón. (2 Crónicas 25:2
LBLA). Los verdaderos siervos tienen cinco estilos de pensamiento
para desempeñar su trabajo.
1.
Los verdaderos siervos piensan más en los demás que en ellos
mismos.Humildad
no es pensar menos de nosotros mismos, sino pesar menos en nosotros
mismos. Aunque los dos hablen menos de nosotros mismos el que puede
trascender es el segundo.. Esto es lo que quiso decir e hizo Jesús
cuando habló acerca de perder vida, en la Biblia leemos. Sino que se
despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a
los hombres (Filipenses 2:7 LBLA).
No se puede ser un siervo
cuando se está lleno de uno mismo, o cuando se busca ser recordado y
reconocido. Desafortunadamente mucho de nuestro servicio está
enfocado en alcanzar nuestras metas, en ser admirados, en alcanzar
una satisfacción personal. Cuando servimos de esta manera estamos
manipulando no ministrando. Una forma incorrecta de servir es cuando
pensamos que podemos chantajear a Dios, decimos Señor si hago esto
entonces puedes hacer aquello. Por nuestro servicio (obras) ¡jamás
podremos manipular a Dios! Los verdaderos siervos nos usan a Dios
para su propio beneficio, por el contrario se dejan usar por Dios
para que Él cumpla sus propósitos en ellos. Pensar como siervos es
difícil porque al hacerlo nuestro egoísmo es confrontado, es por
esta causa que la humildad es una batalla de todos los días y cada
uno de nosotros define como enfrentarla. ¿Cómo podemos medir
nuestro corazón de siervo? Por la forma en que respondemos cuando
alguien nos llama y nos trata como su esclavo.
2.
Los verdaderos siervos piensan como mayordomos o administradores, no
como dueños o propietarios.
Recordemos
que Dios es dueño de TODO. Un mayordomo es un siervo al que se le
encomendó la administración de bienes del verdadero dueño. José
el hijo de Jacob es un ejemplo de siervo y mayordomo. El servicio y
la mayordomía por lo regulara van juntos y nuestro Dios espera
fidelidad en ambos. Ahora bien, lo que se requiere de los
administradores es que cada uno sea hallado fiel (1 Corintios 4:2 RV
95) ¿Cómo estás administrando los recursos que Dios te ha
encomendado? Un verdadero siervo solo siervo a un señor. Ningún
siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y
amará al otro, o se allegará al uno y menospreciará al otro. No
podéis servir a Dios y a Mamón. (Lucas 16:13 SSE). Servir a
cualquiera de estos dos Señores es mutuamente exclusivo. ¿A quién
quieres servir?
En la actualidad muchas personas están sirviendo
al materialismo más que cualquier otra cosa. Algunos dicen—después
de que alcance mis metas financieras serviré a Dios. Ésta decisión
nos puede costar la eternidad. Quién de nosotros sabe ¿Cuantos años
va a vivir? ¿Tenemos asegurada la salud en los años por venir?
Cuando Jesús en nuestro Señor el dinero es nuestro siervo, pero si
el dinero es nuestro señor, entonces nosotros somos sus esclavos. La
riqueza no es un pecado, pero si fallamos en usarlas para la gloria
de Dios estaremos bajo condenación. Jesús habló más acerca del
dinero que del cielo y del infierno, él dijo: De manera que, si con
las falsas riquezas de este mundo ustedes no se portan honradamente,
¿quién les confiará las verdaderas riquezas? (Lucas 16:11
DHH).
Existen dos tipos de constructores. Los del reino de Dios y
los amasa fortunas. Ambos tienen talento para hacer negocios, y hacer
rentable una empresa. Los amasa fortunas siempre buscan tener más
para sí mismos, pero los constructores del reino buscan multiplicar
sus riquezas liberándola para Dios, para su iglesia y las misiones.
3.
Los verdaderos siervos se enfocan en su trabajo y no en lo que otros
están haciendo.No
se comparan, ni critican, o compiten con otros siervos o ministerios,
no son resentidos, no se quejan de las injusticias. La competencia
entre siervos del reino es ilógica. ¿Las razones? Todos estamos en
el mismo equipo, y el que tiene que verse bien es Dios no nosotros.
Pablo nos escribe: No nos hagamos vanagloriosos, provocándonos unos
a otros, envidiándonos unos a otros (Gálatas 5:26 LBLA).
Entre
los siervos no debe haber lugar para los celos, ni tiempo para la
crítica. Cada vez que lo hacemos estamos perdiendo un tiempo valioso
cuando deberíamos estar apoyando y sirviendo a otros. Cuando Marta
se quejó ante Jesús de que su hermana María no le ayudaba, ella
perdió el corazón de siervo. Nuestro trabajo no es evaluar a los
siervos de otros Señores. Tampoco es nuestro trabajo defendernos de
la crítica de otros porque el Señor determina a que siervo hace
exitoso. (Romanos 14:4). Si estás sirviendo a Jesucristo, con toda
seguridad serás criticado por el mundo y por algunos que están
dentro de la iglesia. La razón. No entienden los valores de Dios.
Basta recordar la crítica a María magdalena cuando ungió a Jesús
con perfume. Tu trabajo por Cristo jamás será un desperdicio a
pesar de lo que diga el resto del mundo.
4.
Los verdaderos siervos tienen su identidad en Cristo.Cuando
un siervo sabe que es amado y aceptado por gracia, él no tiene que
probar nada. El acepta trabajos que personas inseguras podrían
considerar como “inferiores”. Jesús mostró lo que es un
verdadero siervo cuando el lavó los pies de sus discípulos. Si
piensas ser un siervo, deberás tener tu identidad en Cristo. Solo
las personas seguras pueden servir, por el contrario las personas
inseguras siempre se están preguntando como se presentarán ante los
demás. Tienen temor de mostrar sus debilidades y las esconden bajo
capas de orgullo y pretensión. Entre más inseguro se es, más se
busca ser servido y aprobado. Cuando basas tu valor e identidad en tu
relación con Cristo, te liberas de las expectativas de otros, y eso
te permite servir en verdad.
Los siervos nos necesitan cubrir sus
paredes con placas y premios para validar su trabajo. No les interesa
que le llamen por su título y no toman poses de superioridad. Los
símbolos de superioridad son innecesarios. Porque no es aprobado el
que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba (2
Corintios 10:18 LBLA).
5.
Los verdaderos siervos piensan del ministerio como una oportunidad no
como una obligación.Su
placer servir a los demás, suplir necesidades y cumplir su
ministerio. Ellos sirven con alegría (Salmo 100:2), ¿por qué esta
clase de siervos sirven con alegría? Porque ellos aman su Señor,
ellos están agradecidos por su favor y gracia; saben que el servicio
es la mejor inversión en su vida, ellos saben que Dios les tiene
preparada una recompensa. Porque Dios no es injusto como para
olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado hacia su
nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos (Hebreos
6:10).
Dios
desea usarte si empiezas a pensar y actuar como un siervo del reino.
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