La ferretería de Dios

    1. La ferretería de Dios

Rara vez mi esposa va conmigo a alguna ferretería. ¡Ella teme que la avergüence con mi comportamiento atolondrado cuando veo todas esas herramientas nuevas y asombrosas!
De hecho, no es tan malo, pero estar en la tienda sí hace que mi cabeza dé vueltas con pensamientos de los proyectos que podría hacer y lo que necesitaría para llevarlos a cabo. Trato de disciplinarme e ir a ferreterías grandes como Home Depot sólo cuando realmente necesito hacerlo — de otro modo llegaré a casa con una ruma de cosas que puede que simplemente necesite algún día.
La manera como enfoco a las ferreterías se parece mucho a la manera en que muchos de nosotros enfocamos los regalos de la tierra: simplemente se trata de un enorme almacén de vastos recursos naturales para que las personas los usen.
Algunos magnates de la Madera trataron así a los grandes bosques de pino blanco de Michigan. Cuando terminaron, habían hecho suficientes planchas como para cubrir todo el estado — ¡sus 349,000 kilómetros cuadrados!
Triste decirlo, también destruyeron gran parte de la capacidad del terreno para reforestarse. Si hubiesen pensado en su responsabilidad hacia las futuras generaciones, habrían podido evitar la degradación del suelo que es el resultado de las malas prácticas de la ingeniería forestal. La falta de cubierta forestal y la cicatriz que dejaron tras sí ayudó a crear varios incendios masivos.
El Gran Incendio «Pulgar» de 1881 (por la forma del «pulgar» que tiene la silueta en forma de mitón del estado de Michigan) se propagó a toda prisa por más de cuatro millones de kilómetros en menos de un día, matando a más de 200 personas.
Lo que sea que uno piense acerca de la política y la filosofía de muchos ambientalistas, la verdad de que las personas son los mayordomos del planeta se mantiene (Génesis 2:15). De todas las especies de criaturas vivientes en la tierra, los seres humanos son la única especie «responsable.» Somos los que tenemos el poder y la capacidad intelectual de administrar el maravilloso potencial de los regalos de la creación de Dios. Y podemos abusar de esos regalos por medio del descuido y el comportamiento egoísta.
Entonces toda la creación sufre.
Cuando degradamos las obras del Creador, nos acercamos peligrosamente a degradar al Creador mismo. —DO

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