No hay nada que entra en el hombre desde fuera, que le pueda contaminar; mas lo que sale de él, esas son las cosas que contaminan al hombre.
Marcos 07:15
Gál 2: 11-14 |
Se ha observado desde hace tiempo que las circunstancias o las personas no nos hacen lo que somos; más bien, que revelan lo que somos. Nadie ni nada puede hacernos enojar, codicioso, envidioso, o de odio, o convertirnos en personas fuera de la ley. Jesús tuvo una conversación con los líderes religiosos de su tiempo en este mismo tema. Se culpó a sus leyes y tradiciones por el hecho de que no podían darse el lujo de cuidar a sus padres. Jesús volvió a las tablas y dijo que su problema era uno de los valores internos, no a presiones o circunstancias (Marcos 7: 8-16) externos.
Cuando se trata de la confesión de nuestros pecados, la responsabilidad cae en nuestra puerta. Afortunadamente, Dios promete perdonar lo que confesamos con veracidad.
La mayordomía es la aceptación por parte de Dios de la responsabilidad personal de toda la vida y los asuntos de la vida.
Roswell C. Largo
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