DÍA
10: EL AMOR ES INCONDICIONAL
Dios
demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:8)
Si
alguien te preguntara: “¿POR QUÉ AMAS A TU novi@ o ESPOS@?”,
¿qué dirías? La mayoría de los hombres mencionarían la belleza
de su novi@ o espos@, SU SENTIDO DEL HUMOR, SU BONDAD, SU FORTALEZA
INTERNA.
Quizá,
hablarían de su capacidad para cocinar, su don para decorar o de lo
buena novi@, o esposa, madre que es. Probablemente, las mujeres
dirían algo sobre lo atractivo que es su esposo o sobre su
personalidad.
Lo
elogiarían por su firmeza y por su carácter estable. Dirían que lo
aman porque siempre está allí cuando lo necesitan, ES
GENEROSO. ES SERVICIAL.
¿Pero qué sucedería si con el correr de los años, tu novi@ o
cónyuge dejara de ser todas estas cosas? ¿Seguirías amándolo?
En
función de lo que contestaste antes, la única respuesta lógica
sería “NO”.
Si todas las razones por las que amas a tu pareja tienen que ver con
sus cualidades (y
luego esas mismas cualidades desaparecen de repente o con el tiempo)
el fundamento de tu amor se esfuma.
EL
AMOR SÓLO PUEDE DURAR TODA LA VIDA SI ES INCONDICIONAL.
La
verdad es la siguiente: al amor no lo define la persona amada sino la
que decide amar. La Biblia se refiere a esta clase de amor con el uso
de la palabra griega ágape.
Es
distinto de las otras clases de amor: FILEOS (la amistad) Y
EROS (el
amor sexual). Por supuesto, tanto la amistad como el sexo ocupan un
lugar importante en el matrimonio NO
ASÍ EN EL NOVIAZGO y
forman una parte esencial del hogar e construyen juntos como pareja
de esposos.
No
obstante, si tu relación depende por completo de tener intereses en
común o de disfrutar de una vida sexual saludable, los cimientos de
tu relación son inestables. El
fileos y el eros son
más receptivos por naturaleza y pueden fluctuar según los
sentimientos.
Por
otro lado, el AMOR ÁGAPE es desinteresado e incondicional. Así que
a menos que esta clase de amor constituya el cimiento de tu
matrimonio, el desgaste del tiempo lo destruirá.
El
amor ágape es un amor que se manifiesta “EN
LA SALUD Y LA ENFERMEDAD”,
“en la prosperidad
y en la adversidad”, en buenos y malos momentos. Es
la única clase de amor verdadero. Esto se debe a que es la clase de
amor que Dios tiene.
No
nos ama porque lo merezcamos sino porque El es amoroso. La Biblia
dice: “En
esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino
en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como propiciación
por nuestros pecados”
(1 Juan 4:10).
Si
Él quisiera que probáramos ser dignos de su amor, fracasaríamos de
manera lamentable. Sin
embargo, el amor de Dios es una elección que toma por su cuenta.
Es
algo que recibimos de su parte y que luego transmitimos a los demás.
“Nosotros amamos, porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:19).
Si
un hombre le dice a su novi@ o esposa: “Ya no estoy enamorado de
ti”, lo que en realidad está diciendo es: “Para
empezar, nunca te amé en forma incondicional”.
Su amor se apoyaba en sentimientos o circunstancias en lugar
del compromiso.
Es el resultado de edificar un matrimonio sobre el amor/íleos o
eros. Los cimientos deben ser más profundos que una simple amistad o
la atracción sexual. El
amor incondicional, el amor ágape, no oscilará con el tiempo ni las
circunstancias.
Sin
embargo, no quiere decir que el amor que haya comenzado por razones
erróneas no pueda ser restaurado y redimido. Es más, cuando
reconstruyes tu matrimonio con el ágape como fundamento, los
aspectos de amistad y romance de tu amor se vuelven aún más
atractivos que nunca.
EL
AMOR QUE “TODO LO SUFRE, TODO LO CREE, TODO LO ESPERA, TODO LO
SOPORTA” (I CORINTIOS 13:7) NO SURGE EN NUESTRO INTERIOR. SÓLO
PUEDE VENIR DE DIOS. LAS ESCRITURAS DICEN QUE “NI LA MUERTE, NI LA
VIDA, NI ÁNGELES, NI PRINCIPADOS, NI LO PRESENTE, NI LO POR VENIR,
NI LOS PODERES, NI LO ALTO, NI LO PROFUNDO, NI NINGUNA OTRA COSA
CREADA NOS PODRÁ SEPARAR DEL AMOR DE DIOS QUE ES EN CRISTO JESÚS
SEÑOR NUESTRO” (ROMANOS 8:38-39).
Es
la clase de amor que Dios tiene. Y por fortuna (si quieres) puede
transformarse en tu clase de amor; pero primero, debes recibirlo y
transmitirlo. Y cuando tu pareja comience a vivir cómodamente bajo
su sombra, no debes sorprenderte si amarlo te resulta más fácil que
antes, Ya no dirás: “Te amo porque…” Ahora, dirás: “Te amo
y punto”.
EL
DESAFÍO DE HOY
Haz
algo fuera de lo común por tu cónyuge: algo que pruebe (tanto a ti
como a él) que tu amor tiene su fundamento en tu decisión y en nada
más. Lava
su automóvil. Limpia la cocina. Compra su postre favorito. Dobla la
ropa lavada. Demuéstrale amor por la pura satisfacción de ser su
compañero en el matrimonio. __Haz
una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy.
En
el pasado, ¿tu amor ha estado basado en los atributos y en la
conducta de tu cónyuge o en tu compromiso? ¿Cómo puedes seguir
demostrando amor cuando no es recíproco como esperabas? Al
que confía en el Señor, la misericordia lo rodeará. (Salmo
32:10)
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