“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?”
1Corintios 3:1-4 [énfasis agregados]
Iniciaremos diciendo que la palabra “cristianos” –en plural- solamente se encuentra una vez en toda la Biblia, en tanto que “cristiano” –singular- está dos veces en toda la escritura. No se trata de una palabra muy común y esto se debe, principalmente, a todo lo que ella envuelve. En el idioma en que fue escrita originalmente -griego antiguo- “Cristiano” significa literalmente “seguidor de Cristo”. Implica, no solamente creer en Él, sino poner esa fe en marcha.
“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”
Lucas 9:23 [énfasis agregados]
Forzosamente ser un seguidor de Cristo encierra el concepto de auto-negación (tan poco común en los púlpitos hoy día) y disciplina.
Partiendo de este punto, ¿es posible que un “seguidor de Cristo” llegue a ser considerado “carnal”? La respuesta lógica es “No”. ¿Entonces porqué seguimos creyendo que existen los “cristianos carnales”? ¿Solamente porque Pablo se refiere a un grupo de “carnales” en la iglesia de Corinto?. Veamos un par de cosas antes de continuar. Primeramente, el título de “cristianos” fue utilizado por primera vez en Antioquía. Los creyentes de la región no se hicieron llamar de esta manera, sino que “los de afuera” los nombraron de este modo. Cabe señalar que no lo hicieron con todos los creyentes (normalmente llamados “santos” por el Apóstol Pablo), sino que fue solamente a los “discípulos”, aquellos que todos los días se niegan a sí mismos y toman su cruz.
“Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.”
Hechos 11:26 [énfasis agregados]
Siendo así, ¿a quiénes les escribió el Apóstol Pablo? ¿a los discípulos o a la iglesia en general?, la respuesta es más que evidente: “a la iglesia de Dios que está en Corinto”. Pablo le escribió a la congregación como un todo.
“Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.”
1 Corintios 1:1-3 [énfasis agregados]
Por lo tanto -como en toda congregación- es de suponerse que, al momento de dar lectura a la epístola, se encontraran presentes los tres tipos de personas que menciona Pablo en los últimos versos del capítulo 2 y los primeros del capítulo 3 de 1ª de Corintios: los naturales –inconversos-, los espirituales –los discípulos- y los carnales –los conversos-. Ahora bien, ¿existen los “cristianos carnales”?, la respuesta es un rotundo: No. No se puede ser un seguidor de Cristo –procurando andar en santidad, negándose a sí mismo- y vivir una vida de pecado y carnalidad.
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