UN SINFIN DE POSIBILIDADES


Para los hombres es imposible... pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible. Marcos 10:27

Se dice que el Dr. Billy Graham mantuvo una conversación con el antiguo canciller de Alemania Occidental, Konrad Adenauer. El canciller le preguntó al Dr. Graham:

—¿Cree usted que Cristo resucitó de entre los muertos?

—Así lo creo — respondió el evangelista.

—¿Y cree que está en el cielo ahora?

—Sí, así es.

—¿Y cree que volverá y reinará sobre la tierra?

—Sí.

—También yo lo creo —dijo el canciller—. Si no fuera así, no hay esperanza alguna para este mundo.

El famoso líder alemán había llegado a la misma conclusión a la que arribarán millones y millones de personas en toda la historia: que el único que puede salvar a la tierra es el mismo Dios. Los hombres seguimos intentando resolver los problemas del mundo tratando de aliviar a los que sufren. Hay otros que se resignan a la autodestrucción de la humanidad y se aíslan del sufrimiento tras las barreras del placer y el materialismo.

Ambos tienen razón en un aspecto: el hombre ha creado un mundo incapaz de salvarse a sí mismo. Y ese es exactamente el tipo de mundo que Dios puede salvar: el mundo en que las posibilidades del hombre son limitadas, pero donde Dios tiene un sinfín de posibilidades.

Cuando el hombre llega a su límite, allí es donde Dios puede demostrarse mejor a sí mismo.

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