¿Cuáles son los enemigos
del hábito del aislamiento?
1.
Culpabilidad: “Me sentiré culpable si dejo
lo que estoy haciendo para pasar unos minutos a solas”
2.
Ocupaciones: “Simplemente, no tengo
tiempo”.
3.
Ego: “No puedo alejarme de lo que esta
pasando, me necesitan”
4.
Aburrimiento: “Me voy a aburrir mucho”
5.
Inquietud: “No sabré que decir o que hacer”
6.
Incomodidad: “El silencio me hace sentir
raro”.
7. Gente: “¿Qué irán a pensar de mí?”
Frecuentemente,
los enemigos “ocupación” y “prisa” nos atacan cuando nos sentimos
sobrecargados, muy comprometidos y con muchas demandas. Establecer el hábito de
aislarse que practicaba Jesús es un antídoto para nuestros males causados por
la prisa y la agitación del mundo.
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