Dios conoce nuestra necesidad de la experiencia del desierto
"Yo
la induciré y la
llevaré al desierto... Y darle sus viñas desde allí." (Oseas 2:14-15.)
Un sitio
verdaderamente extraño para encontrar viñas, en el desierto. ¿Es posible que las riquezas que un alma necesita puedan obtenerse en el desierto, el
cual se halla en un sitio solitario y fuera del cual raramente puedes encontrar
tu camino? Podría
parecer así y no solamente eso, sino el "Valle de Achor" que
significa amargura; se llama una puerta de esperanza. ¡Y ella cantará allí, como en los
días de su juventud!
Sí, Dios conoce nuestra necesidad de la
experiencia del desierto. Él conoce dónde y cómo llevar aquello que es
duradero. El alma ha sido idólatra y rebelde; ha olvidado a Dios y con una
perfecta obstinación ha dicho: "Seguiré detrás de mis amantes." Pero
no los alcanzó. Y cuando se hallaba sin esperanza y abandonada, Dios dijo:
"Yo la conduciré y la llevaré al desierto, y hablaré a ella con
agrado." ¡Qué Dios tan amable es el nuestro!- Crumbs.
Nosotros
nunca sabemos dónde
oculta Dios sus lagos. Vemos una roca y no podemos adivinar que es la morada de
un manantial. Vemos un sitio pedregoso y no podemos decir que es el lugar
escondido de una fuente. Dios me conduce a los sitios difíciles y entonces
hallo que he ido al lugar en que moran manantiales eternos. -Seleccionado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario