introducción
Nueva Vida
Los compositores evangélicos Bill y Gloria Gaither
relatan la ocasión cuando repavimentaron el lote de estacionamiento de su
compañía musical. Fue un proceso largo que incluyó muchos materiales y etapas
diferentes. Primero pusieron piedras, la esparcieron y las compactaron. Luego
pusieron cascajo encima de las piedras, lo extendieron y aplanaron.
Finalmente, pusieron asfalto derretido y caliente sobre el cascajo y lo
extendieron sobre las otras capas.
A los pocos meses de terminado el proyecto de repavimentación, Bill
notó algo asombroso. Llevó a su familia al pleno centro del lote de
estacionamiento, señaló al suelo y dijo: "¡Miren eso!" Allí,
abriéndose abierto paso por entre las piedras, por entre el cascajo, y por la
capa de asfalto, había brotado un retoño verde. No era nada impresionante ni
sustancial. Era algo que cualquier niño podía haberlo arrancado fácilmente.
Este decidido
retoño tierno no brotó porque haya sido fuerte, o
puntiagudo, o porque tuviera alguna capacidad especial. Se abrió paso por entre
el asfalto porque tenía una cualidad: estaba vivo. Y la vida siempre
reina sobre lo que no tiene vida.
Cuando tomamos la decisión de confiar en el Hijo de Dios,
Jesucristo, recibimos nueva vida en la tierra y vida eterna en el cielo. Esta
nueva vida es una dádiva tan asombrosa porque siempre reina sobre la sentencia
de muerte del pecado.
Querido amigo o amiga: la nueva vida que tenemos en
Cristo es más grande
que cualquier cosa que usted jamás pueda imaginar. Así como ese diminuto retoño
verde que se abre paso por entre la piedra, el cascajo y el asfalto, nuestra
vida en Cristo nos da el poder para abrirnos paso incluso entre las más
difíciles circunstancias que este mundo puede echarnos encima.
Y así,
mientras lee este librito, le presento el reto de descubrir todo lo que le
espera en su nueva vida en Cristo. Tal vez usted quiera saber más en cuanto a
cómo convertirse a Cristo, o tal vez acaba de tomar esa decisión tan
importante, o tal vez ya ha sido hijo o hija de Dios por muchos años. Sin que
importe en qué punto se halla en su relación con Dios, ¡usted puede estar
seguro que la nueva vida en Cristo es su más grande momento decisivo.'
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