Agradezca Y Hable
Dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño [Jesús] a todos. Lucas 2:38
Nos guste o no, ha llegado la temporada de las fiestas, con todo su frenesí y la plena diversión. Este es un buen momento para decidir ser como Ana. Esta anciana santa es uno de los personajes originales en la historia de la Navidad: una profetisa, una viuda de muchos años que prácticamente vivía en el templo, esperando la llegada del Redentor. Ella «día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones» (Lucas 2:37).
Imagine su fervor cuando José y María entraron en el templo llevando en sus brazos al tan anhelado Cristo niño. De alguna manera Dios le aseguró a Ana que este era el Mesías. Su reacción nos da la clave de lo que ha de ser nuestra actitud en esta temporada de Navidad: «En ese mismo momento, Ana dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén» (v. 38).
Esas son nuestras dos grandes obligaciones al disfrutar de la temporada del Día de Acción de Gracias y Navidad: agradecerle a Dios por Cristo, y hablar de él a los demás.
¿Cuándo fue la última vez que usted dedicó más que unos pocos segundos para agradecerle a Dios por el Señor Jesús? Tómese hoy un tiempo para agradecerle por la vida de Cristo, por su muerte, su resurrección, su ascensión, su ministerio de intercesión en el presente y su pronto regreso. Luego, háblele de Dios a alguien más.
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