¿Murió por mí?
Contemplando
una niña desde las rodillas de su padre, un libro de imágenes, una lámina
representando la Crucifixión.
-¿Murió
por ti, papá? -preguntó. Sí, hijita.
-¿Por
mamá, también? -También.
-¿Murió
por mí? -También murió por ti, hija mía
La niña
se apresuró a descender al suelo, se arrodilló y oró: Gracias, Señor Jesús,
porque moriste por mí... Y perdóname que haya tardado tanto tiempo en darte las
gracias.
Hermosa lección que deberían aprender muchos
mayores...
No hay comentarios:
Publicar un comentario