No lo perdí, lo di
Un
capellán del regimiento estaba hablando a un soldado en un hospital.
-Usted ha
perdido un brazo para una gran causa -le dijo el capellán por consolarle.
-"No
-dijo el soldado con una sonrisa- no lo perdí, lo di".
De la misma manera Jesús no perdió su vida, la dio.
El nos hace observar claramente que su propósito fue morir para que nosotros
pudiéramos ser perdonados e ir con El al cielo. (Compárese Juan 10:18, con
Otros Pasajes bíblicos).
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