HERIDO POR NUESTRAS REVELIONES
PROFECÍA PROCLAMADA: Isaías
53:5
Lo
hemos dicho antes, al usted leer muchas de los pasajes referentes a la
crucificaron en el Antiguo Testamento, se asombrará porque suenan como si
hubiesen sido escritos por testigos oculares de la muerte del Señor Jesús.
Suenan como si el escritor hubiera estado al pie mismo de la cruz.
Mil
años antes que Jesús caminara las polvorientas playas de Galilea, fue escrito
en la Palabra
de Dios que sus manos y pies serian perforados (Salmo 2:16b). Como sabe, cuando
Jesús colgó en la cruz, ellos insertaron clavos infernales en sus preciosas
manos y pies.
No
obstante, cuando esta profecía en Isaías fue escrita, la práctica judía por la
sentencia de pena de muerte era apedrear. La crucifixión era una forma de
tortura, establecida por los romanos ochocientos años después. Sin embargo, en
la inspirada, profética Palabra de Dios, vemos la crucifixión de Cristo
delineada.
Deseo
que observe la profecía de la cruz y note que la cruz no fue una ocurrencia de
último minuto. La cruz no fue una intervención de emergencia, y Jesús no murió
como victima, ni mártir. La cruz estaba en el corazón y mente de Dios antes que
Él lanzara en orbita este planeta. La
Biblia dice que Cristo fue inmolado o crucificado desde el
principio del mundo (Apocalipsis 13:8).
Cuando
usted lee las profecías concernientes a la cruz, escrita mil años antes de que
Él fuese crucificado, usted retrocederá en asombro y afirmara: “Ciertamente, la Biblia es la Palabra inspirada de
Dios.”
PROFECÍA CUMPLIDA: Lucas
36:33; Juan 19:34
Al
leer el pensamiento de hoy: Agradézcale a Dios que antes del principio del
mundo, Él poseía un plan para nuestra redención, que Cristo iba a ser herido
por nuestras rebeliones
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