Promesa Navideña 18

HERIDO POR NUESTRAS REVELIONES

PROFECÍA PROCLAMADA: Isaías 53:5

Lo hemos dicho antes, al usted leer muchas de los pasajes referentes a la crucificaron en el Antiguo Testamento, se asombrará porque suenan como si hubiesen sido escritos por testigos oculares de la muerte del Señor Jesús. Suenan como si el escritor hubiera estado al pie mismo de la cruz.

Mil años antes que Jesús caminara las polvorientas playas de Galilea, fue escrito en la Palabra de Dios que sus manos y pies serian perforados (Salmo 2:16b). Como sabe, cuando Jesús colgó en la cruz, ellos insertaron clavos infernales en sus preciosas manos y pies.

No obstante, cuando esta profecía en Isaías fue escrita, la práctica judía por la sentencia de pena de muerte era apedrear. La crucifixión era una forma de tortura, establecida por los romanos ochocientos años después. Sin embargo, en la inspirada, profética Palabra de Dios, vemos la crucifixión de Cristo delineada.

Deseo que observe la profecía de la cruz y note que la cruz no fue una ocurrencia de último minuto. La cruz no fue una intervención de emergencia, y Jesús no murió como victima, ni mártir. La cruz estaba en el corazón y mente de Dios antes que Él lanzara en orbita este planeta. La Biblia dice que Cristo fue inmolado o crucificado desde el principio del mundo (Apocalipsis 13:8).

Cuando usted lee las profecías concernientes a la cruz, escrita mil años antes de que Él fuese crucificado, usted retrocederá en asombro y afirmara: “Ciertamente, la Biblia es la Palabra inspirada de Dios.”

PROFECÍA CUMPLIDA: Lucas 36:33; Juan 19:34

Al leer el pensamiento de hoy: Agradézcale a Dios que antes del principio del mundo, Él poseía un plan para nuestra redención, que Cristo iba a ser herido por nuestras rebeliones

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