DÍA
21: EL AMOR SE SACIA EN DIOS
El
Señor te guiará continuamente, saciará tu deseo. (Isaías 58:11)
El
día 20 fue de vital importancia para el desafío de este libro… y
para tu vida. Te enfrentaste cara a cara con la necesidad manifiesta
de todo corazón humano. Y quizá, por primera vez, reconociste lo
personal que es esta necesidad. Tal vez te hayas dado cuenta de que
en tu caja de herramientas con talentos y recursos, nada podía
reparar el daño que deja el pecado, y que Jesús es el único que
puede proveer lo que te falta. Si lo recibiste por fe y le entregaste
tu vida para que Él la administre y la guíe, entonces su Espíritu
Santo está renovando tu corazón. Su sabiduría, su gracia y su
poder ahora pueden liberarse en todo lo que hagas; incluyendo nada
menos que tu matrimonio. Sin importar si es algo nuevo para ti o si
sigues a Jesús hace bastante tiempo, es hora de que afirmes algo en
tu mente: necesitas a Dios todos los días. No se trata de una
propuesta de medio tiempo. Solo Él puede saciar, aunque todo lo
demás te falle. Quizá tu esposo llegue tarde a casa una vez más;
pero Dios siempre llegará a tiempo. Tal vez tu esposa te decepcione
una vez más; pero puedes estar seguro de que Dios siempre cumplirá
sus promesas. Todos los días tienes expectativas de tu cónyuge. A
veces, las cumple. A veces no. Sin embargo, nunca podrá satisfacer
por completo todas tus exigencias… en parte, porque algunas de tus
exigencias son irracionales y en parte porque tu cónyuge es humano.
Sin
embargo, Dios no lo es. Y los que acuden a Él cada día con una
total dependencia para que satisfaga las necesidades reales de su
vida son los que descubren que en verdad se puede depender de ÉL.
¿Acaso
tu cónyuge puede darte paz interior? No; pero Dios sí. “Por nada
estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica
con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones
delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús”
(Filipenses 4:6-7). ¿Acaso tu cónyuge puede lograr que estés
satisfecho sin importar lo que la vida arroje a tu paso? No; pero
Dios sí puede. “En todo y por todo he aprendido el secreto […]
de estar saciado […J Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
(Filipenses 4:13). En tu vida, hay necesidades que solo Dios puede
satisfacer por completo. Aunque tu esposo o esposa puede saciar
algunas de estas necesidades (al menos, de vez en cuando) solo Dios
puede saciarlas todas: Tu necesidad de amor, tu necesidad de
aceptación, tu necesidad de gozo. Es hora de renunciar a depender de
alguien o algo para funcionar y sentirte realizado todo el tiempo.
Solo Dios puede hacerlo, a medida que aprendas a depender de Él;
pero quiere hacerlo a su manera, “Mi Dios proveerá a todas
vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo
Jesús” (Filipenses 4:19). Hay una necesidad real de amor, paz y
suficiencia. Nadie dice que no deberías tenerla; pero en lugar de
conectarte a cosas que, en el mejor de los casos, son inestables y
que están sujetas a cambios (tu salud, tu dinero, incluso el afecto
y las mejores intenciones de tu pareja), conéctate a Dios. Es lo
único en tu vida que nunca cambia. Su fidelidad, su verdad y las
promesas para sus hijos siempre permanecerán. Por eso necesitas
buscarlo todos los días.
Nuestra
única razón para no hacerlo es que en realidad no confiamos en Dios
para que provea lo que necesitamos. Y sin embargo, la Biblia dice:
“Pon tu delicia en el Señor, y Él te dará las peticiones de tu
corazón” (Salmo 37:4). Cuando lo buscamos primero, lo amamos
primero y transformamos nuestra relación con Él en la prioridad
principal, Él promete proveernos lo que en verdad necesitamos… y
en realidad, Dios es lo único que hace falta para saciarnos. Una
vez, Jesús habló con una mujer samaritana junto a un pozo; ella
había intentado satisfacer sus necesidades por medio de una serie de
relaciones fallidas. Con su vida y su cántaro vacíos, había
llegado a este lugar quebrantada y endurecida, pero aún así con una
necesidad desesperada. Sin embargo, en Cristo encontró lo que Él
llamó “agua viva” (Juan 4:10); una provisión abundante que no
era solo para saciar su sed temporal. Lo que Jesús le ofreció de
beber fue una refrescante y permanente satisfacción del alma. Y es
lo que está a tu disposición cada mañana al amanecer y cada noche
antes de acostarte, sin importar quién sea tu cónyuge o lo que te
haya hecho. Dios es tu provisión diaria de todo lo que necesitas.
El
desafío de hoy
En
forma intencional, aparta tiempo para orar y leer la Biblia. Intenta
leer un capítulo de Proverbios cada día (hay 31 capítulos: la
provisión para un mes), o leer un capítulo de los evangelios
(mateo, marcos, Lucas y Juan). Cuando lo hagas, sumérgete en el amor
y las promesas que Dios tiene para ti. Esto te hará crecer más en
tu caminar con él.
¿Cómo
puedes incluir más a Dios en tu día?
Abres
tu mano, y sacias el deseo de todo ser viviente. (Salmo 145:16)
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