Es mas fácil caracterizar la espiritualidad
que definirla. Y las características bíblicas de la espiritualidad nos proveen
de pruebas concretas por las cuales podemos determinar si una persona es o no
es espiritual. ¡A decir verdad, son demasiado específicas para desafiarnos!
¿Cómo podemos saber si somos
espirituales? Veamos las pruebas:
La espiritualidad es evidente en
el creyente
En su carácter. Si la
espiritualidad implica el control del Espíritu (Ef.5:18),y si el Espíritu ha
venido a glorificar a Cristo (Jn. 16:14),entonces la persona espiritual
manifestará a Cristo en su carácter y en sus acciones. El glorificar es
mostrar, desplegar o manifestar. La evidencia de que el Espíritu Santo controla
una vida no se encuentra en las manifestaciones del Espíritu sino en la
presentación de Cristo.
El fruto del Espíritu (Gá. 5:22,
23) es una descripción perfecta del carácter de Cristo; así que el cristiano
que es espiritual mostrará amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre y templanza. Estos son los rasgos que describirán su carácter.
En su conducta el creyente
espiritual imitará a Cristo. Uno de los énfasis equivocados de la enseñanza de
la vida victoriosa hoy consiste en rebajar este aspecto de la verdad. Se nos
dice que no imitemos a Cristo porque esto implica un esfuerzo que es obra de la
carne; más bien, deberíamos sencillamente dejar que Cristo viva su vida en
nosotros. La verdad es que no necesitamos inclinarnos por una de estas dos
opiniones, porque ambas son escriturales.
Cristo vive en mí, y la vida que
ahora vivo la vivo por fe en el Hijo de Dios (Gá. 2:20), pero también se me
exhorta que «siga sus pisadas» (1P. 2:21) y a andar como él anduvo (1Jn. 2:6).
Obviamente si se deja al
Espíritu Santo producir el carácter de Cristo en un individuo, la vida que viva
imitará a Cristo. Uno de los estudios más provechosos de los Evangelios
consiste en tomar nota de los detalles de la vida del Señor que nosotros, como
seguidores suyos, haríamos bien en imitar. He aquí algunas sugerencias.
En su ministerio y vida pública
el Señor mostraba siempre compasión (Mt. 9:36; 14:14; 15:32; 20:34; Mr.6:34;
8:2; Lc.7:13). Siempre se veía su amor por la gente (Mr. 10:21; Lc. 19:41).
Constantemente ofrecía ayudar a otros antes que se lo pidieran (Mr. 8:7; 12:15;
Lc. 13:12, 13; Jn. 5:6), sirviéndolos tanto en sus necesidades físicas como
espirituales ( Jn. 6). Buscaba a la gente para poderles llevar el mensaje de
Dios (Mt. 4:18; 9:35; 15:10; Mr. 4:1; 6:2; Lc. 4:14), y su ministerio bendecía
los corazones de los oyentes ( Lc. 24:32).
Si desea saber más sobre las características de la espiritualidad le invitamos a estudiar el curso Equilibrio en la Vida Cristiana. Estas interesantes lecciones las encuentra en el Ciclo de Estudios de Vida y Hogar Cristiano
No hay comentarios:
Publicar un comentario