ESCRITURA:
“Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y
mi corazón. Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y ando en
tu verdad” (Salmos 26:2-3).
MINA BÍBLICO:
¿Cómo se aseguran los fabricantes de automóviles que sus vehículos son
seguros para que la gente los maneje? Ponen a sus carros en un campo de
pruebas. Los manejan cientos de kilómetros sobre caminos ásperos; los
someten al agua, al frío y al calor. Ruedas rechinando, curvando
bruscamente de un lado para el otro, frenando a raya y acelerando a toda
velocidad. Quieren saber si el vehículo aguantará la prueba. Amigo, es
lo mismo con nuestras vidas espirituales. Dios nos da la prueba primero,
y la lección después. Lea las Escrituras y descubrirá que esto es
verdad. José fue probado. David fue probado. Moisés y Pedro fueron
probados. Cuando Dios está listo para probarle, no lo va ha hacer en los
tiempos buenos, porque eso no sería una prueba. Cualquiera puede servir
a Dios en días soleados. La prueba no es cómo usted se comporta cuando
la victoria le rodea; la prueba es cómo se comporta cuando Dios lo lleva
hasta el desierto. Él quiere ver qué hay en su corazón. ¿Está usted
completamente dedicado a Dios?
CENTO DE ACCIÓN:
Ore el Salmo 26:2-3:“Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis
íntimos pensamientos y mi corazón. Porque tu misericordia está delante
de mis ojos, y ando en tu verdad.”
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