Nunca Derrotado
Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.
2 Tesalonicenses 3:13
A veces es difícil identificar el desaliento porque a menudo se disfraza de otra cosa. Puede ponerse el disfraz de la frustración, llevándonos a pensar que nuestros mejores esfuerzos jamás resultarán en algo útil. Puede disfrazarse del temor al fracaso, llevándonos a pensar que podemos esforzarnos pero que nunca lograremos aquello que soñamos. O bien puede disfrazarse con la lástima de uno mismo, llevándonos a pensar que nadie se las ve tan negras como nosotros.
¿Cómo lidiamos con un enemigo tan destructor que se esconde detrás de estos frentes falsos? Frente a la dificultad, Nehemías luchó contra el desaliento concentrándose en el cuadro en grande.
Si usted está desalentado hoy, dedique un momento para hacerse acuerdo usted mismo que Dios siempre tiene control, y está con usted. Nehemías 4:14 dice: “Acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.”
Nuestro Dios es verdaderamente un Dios asombroso, y cuando captamos el cuadro en grande, la reconocemos en todo su poder y gloria, y no nos desalentaremos. Podremos desenmascarar el desaliento en todos sus disfraces, y animarnos en el poder y fortaleza de Dios.
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