Hudson Taylor
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, . . . así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Juan 15:4
El misionero pionero Hudson Taylor trabajó tan arduamente en China que su salud sufrió. Un día le llegó una carta de un amigo que le escribió acerca del gozo de permanecer en Cristo. La carta decía: “permanecer, no batallar ni luchar; mirar a él; confiar en él para el poder presente . . . esto no es nuevo, y sin embargo es nuevo para mí.”
Leyendo esto en su sede misionera en Chin-kiang, el 4 de septiembre de 1869, los ojos de Taylor se abrieron: “Al leer eso,” decía, “lo vi todo. Miré a Jesús; y cuando lo vi, ¡cuánto gozo me llenó!” Escribiéndole a su hermana decía: “En cuanto a trabajo, el mío nunca ha sido tan abundante, de tanta responsabilidad, y con tanta dificultad; pero el peso y la tensión han desaparecido. El mes pasado o algo más han sido tal vez los más felices de mi vida; y quiero contarte un poquito de lo que el Señor ha hecho por mi alma.”
Esto se llegó a conocer como el “Secreto Espiritual de Hudson Taylor.” Proclamar la Palabra de Dios no es algo que hacemos por Cristo, sino algo que Él hace por medio de nosotros conforme permanecemos en Él.
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