¿Que esperas?


En nuestra vida espiritual, podemos gastar toda clase de energía para tratar de estar a la altura de los demás en el servicio para Dios, pero trabajar hasta agotarnos no es ninguna virtud (Gálatas 6:9). Antes de alimentar a miles de personas con solo cinco panes y dos peces (Marcos 6:38-44), Jesús llevó a sus discípulos a descansar en un lugar alejado, lo cual demuestra que Él no necesita que nos esforcemos al máximo para llevar a cabo su obra. Hoy quiere enseñarnos a nosotros esta misma verdad: la obediencia tranquila logra más que la actividad desenfrenada.

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