No temas con un clásico
Uno de los
errores más crasos de la historia fue el intento de la compañía Coca-Cola de
cambiar la receta de su clásica bebida. Los ejecutivos de la compañía
corrigieron su error rápidamente. Los verdaderos amadores de la Coca-Cola
odiaban la nueva receta y protestaron diciendo: ¿Por qué se meten con un
clásico?»
Hace
varios años recibí una carta de un viejo amigo y compañero de clases. Me
escribió que se había mudado mucho, que había dejado de ir a la iglesia un
tiempo, y que ahora asistía a una iglesia que encajaba mejor con su estilo de
vida.
No sabía
exactamente qué quería decir, pero él me lo aclaró. Dijo que estaba
desilusionado de la manera en que lo habían criado (en un hogar cristiano), y
que había dejado atrás muchas de sus creencias anticuadas. No le gustaba que lo
confrontaran con este o aquel pecado, y se sentía aliviado porque la iglesia a
la que estaba asistiendo lo hacía «sentir bien».
Pero el
propósito de la iglesia no es hacernos sentir cómodos. Si nos sentimos
incómodos puede ser el Espíritu Santo urgiéndonos, empujándonos o
convenciéndonos de algo.
Fue mi
amigo el que cambió. La Biblia es la misma. Dios es el mismo. Santiago 1:17 nos
recuerda: «Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del
Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación»
[énfasis añadido]. Mi amigo estaba tratando de alterar lo que dice la Biblia y
de hacerla encajar con la manera en que quería vivir. Pero el que un cristiano
trate de encajar en la cultura actual es un grave error. ¡Eso sería un
constante cambio de valores!
No, no es
la Biblia la que debe cambiar. No es Dios quien necesita ajuste. Y antes
de que cambiemos de asistir a una iglesia que enseña la Biblia a una que nos
«hace sentir bien», tenemos que examinarnos mucho y en actitud de oración.
¿Tenemos pecados sin confesar en nuestras vidas? ¿Estamos todavía abiertos al
Espíritu Santo y somos sensibles a Él?
No debemos
tratar de cambiar lo que Dios ha dicho. No podemos sencillamente tomar las
partes de la Biblia que nos hacen sentir bien y dejar de lado las cosas
incómodas sobre el pecado. No necesitamos «actualizar» sus palabras. Lo que Él
dijo hace siglos todavía aplica hoy.
Su Palabra
es eterna. De hecho, podríamos llamarla un clásico. —CK
REFLEXIÓN
■ ¿Baso mis decisiones en la Palabra
de Dios, en el consejo de mis padres o en el consejo de los amigos? ¿Es eso
bueno o malo?
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