Llamado A Vivir
Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá.
Hechos 17:6
Pedro, crucificado cabeza abajo. Santiago, decapitado. Juan, causas naturales. Andrés, crucificado en una cruz de forma de X. Felipe, crucificado. Bartolomé, desollado vivo, decapitado. Mateo, acuchillado hasta la muerte. Tomás, alanceado. Santiago, apedreado, crucificado, azotado hasta la muerte. Judas, crucificado. Simón, crucificado. Matías (reemplazo de Judas Iscariote), apedreado y decapitado. Pablo, decapitado.
Jesús advirtió a sus discípulos originales antes de morir: “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Juan 15:20). Y cuando la fe de ellos finalmente fue sometida a prueba, cuando Jesús fue arrestado en el huerto del Getsemaní, “todos los discípulos, dejándole, huyeron” (Marcos 14:50). ¿Qué sucedió para convertir a un grupo de cobardes en un núcleo de portadores valientes del evangelio que trastornaron el mundo entero y estuvieron dispuestos a morir por su fe? Una cosa: presenciaron la resurrección. Este acontecimiento ejerció un efecto transformador en los discípulos, transformándolos en apóstoles: “enviados.” Cuando vieron al Cristo resucitado (1 Corintios 15:3-8), ya no tuvieron miedo.
Usted tal vez no sea llamado a morir por Cristo, pero sí es llamado a vivir por Él; el Señor resucitado.
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