La luz de Dios puede y quiere guiarnos al perdón y la restauración, porque Él es bueno.
El jugador de baloncesto John Stockton alcanzó el record de la historia de la NBA en partidos jugados en un mismo equipo: casi 1.300 partidos con los Utah Jazz. ¡Esto sí que es ser fiel a un equipo!
La fidelidad es el tema clave del libro de Lamentaciones. Jeremías escribió el libro al ver la ciudad de Jerusalén y el templo destruidos. En solo cinco capítulos, describe la situación del pueblo de Israel que había sido llevado cautivo por culpa de su desobediencia, debido a la rebeldía de sus habitantes contra su Creador.
Muchos pensaban que la situación no tenía vuelta atrás, pero el amor y la fidelidad de Dios son mucho más grandes de lo que uno pueda imaginar.
El libro está lleno de poesía. La estructura es idéntica a la de algunos de los salmos: cada frase de un párrafo comienza con una de las 22 letras del alefato hebreo. Los judíos escriben de derecha a izquierda, así que su poesía se parece mucho más a un acróstico, porque las palabras «riman» en el comienzo.
«Bueno es el SEÑOR para los que en Él esperan, para el alma que le busca» (Lamentaciones 3:25). Esta es una de las frases clave del libro, y una promesa que podemos hacer nuestra. ¿No lo crees?
Te lo digo por una razón muy simple: en algún momento de la vida, todos hemos caído (¡y, desgraciadamente, caeremos!) en situaciones de desobediencia, tristeza, amargura, desolación…
¡Saber que Dios es fiel lo cambia todo! Estar seguros de que Él puede perdonarnos y restaurarnos le da sentido a nuestra vida y nos llena de esperanza, porque, de otra manera, no podríamos vivir.
Conocer el carácter de Dios no es una excusa para vivir de cualquier manera. Si le damos la espalda, sufriremos las consecuencias, porque nada bueno surge de desobedecer a quien más nos ama. Pero, incluso en los momentos más oscuros, sabemos que Su luz puede y debe guiarnos al perdón y la restauración.
La tristeza de nuestra caída parece envolvernos, pero la fidelidad de Dios nos llena de luz y paz. ¡Aun sabiendo que somos culpables!
¿Cómo no volver a un Padre así? ¿Cómo querer seguir viviendo en la desolación cuando su fidelidad es eterna? Hoy es el día de volver al Señor. Su fidelidad es nuestra seguridad.
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