¿No hay otro camino?


¿No hay otro camino?

Hay muchas personas que se preguntan ¿por qué tengo que padecer esto? El siguiente poema que se escuchó en el programa de hoy nos ofrece una respuesta a esta pregunta.

¿No hay otro camino, oh Dios, sino a través del dolor, la tristeza, y la pérdida, para grabar la similitud de Cristo en mi alma?

¿No hay otro camino sino la cruz? Y luego, una voz calma mi alma como calmó las ondas del Mar de Galilea.

¿No puedes soportar el calor del horno de fuego si yo camino entre las llamas contigo?

Yo llevé la cruz. Conozco muy bien su peso. Yo bebí de la copa que se te presenta a ti.

¿No me puedes seguir donde te guío?

Yo te daré la fuerza. Apóyate en mí.

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