Por encima de todo

Por encima de todo.


Necesitamos ser valientes para vivir de una manera diferente.

Quizás pocos conocen a la atleta Kathrine Switzer. No es una “gran” campeona, pero tuvo el valor de ser la primera mujer que corrió la maratón de Boston (año 1967).

Lo hizo camuflada, porque hasta esa edición estaba prohibido por la organización que las mujeres corriesen. Lo curioso del caso es que con muy pocos kilómetros recorridos fue “descubierta” y uno de los directores de la prueba le gritó: “Fuera de esta carrera”.

Los medios de comunicación que seguían la prueba se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo, así que, para no quedar mal, los organizadores le permitieron terminar la carrera. A partir de la edición del siguiente año, las mujeres tuvieron “permiso” para correr la maratón.

Katherine demostró tener un corazón valiente, comprometiéndose con lo que era justo, y sin abandonar su lucha. Dios sabe que nosotros podemos vivir de acuerdo a esas cualidades. Él nos ayuda a ser diferentes, comprometidos, llenos de valor para defender lo que es justo y dependiendo siempre de las fuerzas que Él nos da para no abandonar nunca.
Dios espera que aprendamos a tomar decisiones que merecen la pena, y sepamos luchar por lo que es correcto. Dios quiere que busquemos en Él la sabiduría para vencer en los momentos más difíciles.

Hace poco estaba leyendo que cuando una banda de cuervos ataca a un halcón, éste podría luchar y defenderse perfectamente, pero no lo hace nunca. Simplemente comienza a volar en círculos cada vez más arriba, hasta llegar a un lugar dónde los cuervos no pueden llegar.

El halcón se eleva por encima de todo, y sus enemigos tienen que retirarse porque podrían perecer al no saber volar tan alto. Es una lección para nuestra vida: A veces no debemos “perder” el tiempo en defendernos de los que no pueden, no quieren o no saben razonar…
Simplemente lo mejor es elevarse, volar a un lugar dónde ellos no puedan alcanzarnos. Vivir lo más “cerca” de Dios que podamos

Sí, porque Dios pone dentro de nosotros un corazón sin límites, cuando le recibimos en nuestra vida, nuestro corazón pasa a ser infinito, tal como lo es El. “Por el camino de tus mandamientos correré, porque tú ensancharás mi corazón” (Salmo 119:32), dice el salmista.

Desde el momento en el que el Espíritu de Dios vive en nosotros, comenzamos a contemplar la vida en términos de eternidad. Nuestros ojos ven más allá de las circunstancias físicas y nuestro corazón descubre que la muerte no tiene ningún poder. Todo es radicalmente nuevo, y ¡Por fin! comenzamos a comprender quienes somos.

Tenemos que ser valientes para vivir de una manera diferente. Un corazón sin límites no quiere ser esclavizado por nada ni por nadie; y sabe que tiene que luchar, no sólo para defender, no sólo su propia libertad, sino también por la de los que le rodean.

Hoy es el día en el que tenemos que tomar decisiones, el momento exacto para enfrentar con valentía cualquier situación y dejar de preocuparnos por lo que nos hace sentir cansados. No importa si aparentemente nuestra situación no tiene salida, Dios conoce todas las cosas y Él nos dará las fuerzas necesarias para vencer.

Este es el momento de correr y luchar por la justicia, Dios te ha dado un corazón indestructible.

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