Vencer o morir

Vencer o morir

Habla de Jesús, Pero ¡no lo hagas como una amenaza, sino con la compasión con la que el mismo Señor predicó!

Momentos antes de la final del Campeonato Mundial de Fútbol celebrado en Italia (1938), los componentes de la selección anfitriona recibieron un telegrama del jefe de Estado, Benito Mussolini.

Tenían que enfrentarse a la selección de Hungría, uno de los mejores equipos de la historia del fútbol, y el telegrama simplemente decía: «Vencer o morir». Más tarde, se llegó a afirmar que era una velada amenaza de muerte.

Parece que, a los seres humanos, nos encanta amenazar. Aun en las acciones más sencillas o en las situaciones más intrascendentes, respondemos con amenazas. Queremos que hagan lo que les decimos, porque, si no…

Dios, que tendría todo el derecho a amenazar, no suele hacerlo. Habla una y otra vez para que todos escuchen. Envía profetas para llegar al corazón del pueblo, aunque este no quiera prestar atención. «Les hablarás mis palabras, escuchen o dejen de escuchar, porque son rebeldes» (2:7).

Este era el objetivo de la vida del profeta Ezequiel, cuyo libro comenzamos a leer hoy, y el resumen de lo que quiere enseñar es que Dios castigará la maldad de cualquier persona, aunque esta sea parte de su pueblo.
Ezequiel fue uno de los sacerdotes llevados cautivos a Babilonia después de la caída de Jerusalén. En su libro, le predica al pueblo para que se arrepienta de su rebeldía y vuelva a Dios.

El pueblo conocía la ley y sabía por qué había sido llevado cautivo, así que tenía la responsabilidad (¡y la obligación!) de escuchar a Dios y obedecerle. Nunca debes olvidar que, a los que amamos al Señor, se nos exigirá más responsabilidad de nuestros actos que a los que no lo conocen. Nosotros sabemos qué está bien y qué está mal.

La Biblia habla de los cielos nuevos y la tierra nueva cuando el Mesías vuelva en su segunda venida, así que este libro es clave para comprender no solo lo que le sucedió al pueblo de Israel en ese momento, sino lo que ocurrirá con nosotros cuando Jesús vuelva.

Para decirlo de una manera muy sencilla, tanto antes como ahora, el mensaje es el mismo: tenemos que volvernos a Dios. Entre otras cosas, porque el Señor Jesús va a volver pronto. Y este mensaje debe ser proclamado, «escuchen o dejen de escuchar».

Pero ¡no lo hagas como una amenaza, sino con la compasión con la que el mismo Señor predicó! Es cierto que, un día, todos los que rechazan al Señor sufrirán las consecuencias de su rebeldía, pero nuestra responsabilidad es hablarles del evangelio del Señor Jesús siempre; no amenazarlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario