Carácter cristiano (III parte).

carácter cristiano (III parte).
TEMA: Los pobres en espíritu. La humildad.
LECTURA: Mateo 23:1-12.
TEXTO: Mateo 5:3.
INTRO: Una espiritualidad verdadera siempre se caracteriza por una fe bíblica y una obediencia según lo que dicen las Escrituras. Aquella actitud es el mero centro de una vida cristiana. Tal actitud es fundamental a toda gracia (favor no merecido). Hoy no vemos los “pobres en espíritu” entre los miembros de las asambleas. Al contrario: hay mucho orgullo y amor propio exactamente como los fariseos (secta prominente de los judíos en el tiempo de Jesús, que se opuso a Él y a Sus enseñanzas).
I. Lo que enseñó Jesucristo en referencia a la humildad (virtud de reconocer nuestra bajeza y miseria y obrar conforme a ello; sumisión, rendimiento).
1. Él comenzó Su sermón diciendo: “Bienaventurados (que goza de Dios en el cielo, afortunado, feliz; dícese de la persona muy sencilla o cándida) los pobres en espíritu”; “Felices los que reconocen su necesidad espiritual.” (Dios Llega Al Hombre); “¡Dichosos los que reconocen humildemente sus necesidades espirituales! (Paráfrasis); “Felices los pobres en espíritu.” (NVI).
(1) La salvación de un alma del infierno pertenece solamente a los que se han encontrado a sí mismos insolventes (que no tiene con qué pagar) espiritualmente. Tal persona no tiene nada que ofrecer a Dios para salvar su alma del tormento eterno, véase el grito del publicano en Lucas 18:13 (colector de impuestos, ladrón).
(2) El orgullo es peligroso. Mucha gente confía en lo que ha hecho para ganar la salvación: “Soy bautizado”; “Soy miembro de una iglesia”; “He hecho profesión de Fe”; “He tomado la Santa Cena”, etc. Todo esto no tiene valor porque consiste en “obras”.
2. Cuando el incrédulo llega a una posición de ser quebrantado espiritualmente, se lamenta de su condición como pecador y busca ayuda de arriba, 2 Corintios 7:10 dice: “En efecto, el pesar que es según Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación y no deja huellas de pesadumbre, pero el pesar mundano produce la muerte”. (NVI)
(1) En Mateo 5:4 encuentra una actitud de mansedumbre, suavidad, benignidad. No vemos un arrepentimiento genuino en estos días. La palabra griega “llorar” significa: pesar, aflicción, pena, pesadumbre.
(2) Es el deseo de Dios que Su pueblo sea manso, no orgulloso (Job 5:11). Véase Números 12:3; Proverbios 16:32; 25:28; Efesios 4:1, 2; Tito 3:1, 2.
3. Un “pobre de espíritu” tendrá hambre y sed por justicia (lo que es correcto, recto) con Dios (Mateo 5:6). Véase Is. 26:9.
(1) La actitud de hambre y sed espiritual no es condicional. Uno tiene que aceptar la justicia de Dios no importa cómo llegue a su vida. No sea como el joven en Marcos 10:17-22. Véase 1 Pedro 5:5, 6.
II. El aguijón de Pablo, 2 Corintios 12:1-10.
1. En estos versículos vemos cómo Pablo aprendió a ser “humilde”. No sabemos cuál era su “aguijón” pero Dios lo usó para poner a Pablo en una posición de humildad. ¿Tiene un “aguijón” en su vida?
III. Señales de una persona humilde, Filipenses 2:3, 4.
1. Usted ha de ver sus propios pecados antes de ver los pecados del vecino, 1 Timoteo 1:15c.
2. No debe vivir la vida de forma egoísta, Fil. 2:4.
Conclusión: Mateo 18:1-4. (Continuará)

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