¿Si alguien te preguntara cómo está
tu temperatura espiritual, que es lo que le responderías?
Primeramente, ¿qué es la temperatura espiritual? Sencillo: la temperatura espiritual es el grado de fuego que existe en tu corazón, debido a tu estrecha relación con Dios. La temperatura espiritual determina cuánto tiempo pasas delante de la presencia del Señor, cuánto tiempo pasas leyendo Su Palabra, pero sobre todo, cuánto tiempo sirves a Dios con tu testimonio, con tu vida. ¿Testimonio? El testimonio es lo que nos impulsa a ser personas diferentes; sencillamente es lo que Dios ha hecho y hace todos los días en nuestra vida. Sencillamente es nuestro estilo de vida. Ser cristiano implica llevar un estilo de vida distinto a los demás, a través del cambio de vida que atravesamos en la medida que caminamos en Cristo Jesús. Mediante nuestro testimonio declaramos que tenemos un Dios Todopoderoso, declaramos que Cristo es Señor de nuestras vidas, testificamos que tenemos un Dios vivo y no un dios muerto, quizás clavado en un madero que sirve como elemento decorativo. ¡Tenemos un Dios vivo! (Salmos 42:2)
Si tuviéramos un termómetro espiritual, mediríamos nuestra temperatura espiritual de la siguiente manera:
0 – 10° = ¿Conoces a Dios? (ALARMA) (Oseas 4:6) / (Juan 8:32)
10 – 20° = Vago conocimiento de Dios (Noimportismo) (2 Corintios 3:16)(Joel 2:18) (Amós 5:4)
20 – 30° = Indecisiones y dudas respecto a la Palabra de Dios (Apocalipsis 3:20)
30 – 40° = Búsqueda errada de Dios (Hebreos 13:9)/ (Jeremías 29:23)
40 – 50° = Peligrosa tibieza espiritual (Apocalipsis 3:15-16)
50 – 60° = Seguidor de Cristo de doble ánimo (Prov.18:14-15)
60 – 70° = Empieza el calor espiritual (Mateo 5:16) (Juan 7:38)
70 – 80° = Hay un cambio de actitud (Juan 13:34-35)
80 – 90° = Radicalidad como estilo de vida (Marcos 16:15-18) (2 Corintios 3:18)
90 – 100° = Quema el Espíritu de Dios en nuestros corazones (Romanos 5:1-5)
+ 100° = FUEGO DE DIOS QUE CONTAGIA VIDAS (Gálatas 2:20) (Filipenses 1:20-21)
Primeramente, ¿qué es la temperatura espiritual? Sencillo: la temperatura espiritual es el grado de fuego que existe en tu corazón, debido a tu estrecha relación con Dios. La temperatura espiritual determina cuánto tiempo pasas delante de la presencia del Señor, cuánto tiempo pasas leyendo Su Palabra, pero sobre todo, cuánto tiempo sirves a Dios con tu testimonio, con tu vida. ¿Testimonio? El testimonio es lo que nos impulsa a ser personas diferentes; sencillamente es lo que Dios ha hecho y hace todos los días en nuestra vida. Sencillamente es nuestro estilo de vida. Ser cristiano implica llevar un estilo de vida distinto a los demás, a través del cambio de vida que atravesamos en la medida que caminamos en Cristo Jesús. Mediante nuestro testimonio declaramos que tenemos un Dios Todopoderoso, declaramos que Cristo es Señor de nuestras vidas, testificamos que tenemos un Dios vivo y no un dios muerto, quizás clavado en un madero que sirve como elemento decorativo. ¡Tenemos un Dios vivo! (Salmos 42:2)
Si tuviéramos un termómetro espiritual, mediríamos nuestra temperatura espiritual de la siguiente manera:
0 – 10° = ¿Conoces a Dios? (ALARMA) (Oseas 4:6) / (Juan 8:32)
10 – 20° = Vago conocimiento de Dios (Noimportismo) (2 Corintios 3:16)(Joel 2:18) (Amós 5:4)
20 – 30° = Indecisiones y dudas respecto a la Palabra de Dios (Apocalipsis 3:20)
30 – 40° = Búsqueda errada de Dios (Hebreos 13:9)/ (Jeremías 29:23)
40 – 50° = Peligrosa tibieza espiritual (Apocalipsis 3:15-16)
50 – 60° = Seguidor de Cristo de doble ánimo (Prov.18:14-15)
60 – 70° = Empieza el calor espiritual (Mateo 5:16) (Juan 7:38)
70 – 80° = Hay un cambio de actitud (Juan 13:34-35)
80 – 90° = Radicalidad como estilo de vida (Marcos 16:15-18) (2 Corintios 3:18)
90 – 100° = Quema el Espíritu de Dios en nuestros corazones (Romanos 5:1-5)
+ 100° = FUEGO DE DIOS QUE CONTAGIA VIDAS (Gálatas 2:20) (Filipenses 1:20-21)
¿En qué nivel espiritual te
encuentras hoy en día? Si Jesucristo viniera en este momento, ¿qué podrías
decirle acerca de tu relación con ÉL?
Si tu temperatura espiritual va de 60° para abajo, es momento de replantear tus modelos mentales acerca de la relación que vives actualmente con Dios. Es momento en que empieces a romper con los moldes de religiosidad que han gobernado nuestras vidas desde hace muchos siglos; ya es tiempo de recibir un avivamiento con poder del Espíritu Santo, ya es tiempo de que La Palabra de Dios sea vivificada en cada una de nuestras vidas. Es un tiempo de cambio, no de Palabras. El evangelio de Cristo consiste en poder y no sólo en palabras. Es hora de lanzarse a la piscina del Espíritu Santo, a la piscina del Evangelio, a la piscina del Dios vivo, Jesucristo. Si el poder de Dios fuera como una piscina a la que pudiéramos acceder, ¿en qué profundidad estaríamos? ¿Afuera, viendo a los demás ser bañados de gloria, poder y bendición? ¿Con el agua hasta los tobillos, por nuestras dudas e incredulidades? ¿Quizás hasta la cintura, por temores o por que creemos que no necesitamos más? ¿O tal vez estamos sumergidos, explorando nuevas profundidades, viviendo la frescura de las Aguas del Evangelio, del Espíritu Santo, que entra en nuestra vida y tiene como promesa que no nos dejará nunca más?
Estamos viviendo momentos decisivos para nuestras vidas. Si te preguntara en este momento, ¿qué escogerías? ¿Quieres tener un cambio real para tu vida?
Todo cambio implica un riesgo; arriesgarse para vencer, arriesgarse para ganar...”Sólo los valientes arrebatan el reino” un pasaje fabuloso de la Palabra de Dios, dónde nos muestra que para arrebatar las bendiciones de Dios debemos disponer nuestro corazón y estar dispuestos a pagar un precio a cambio de una fuente inagotable de bendiciones que es en Jesucristo, señor nuestro.
¡No esperes que otros arrebaten las bendiciones que han sido preparadas para tu vida! ¡Eres especial para la Obra del Señor y es por eso que has sido escogido para un propósito específico y nadie puede cumplir la parte que te toca hacer a ti!
¿Qué es lo que decides?
Si tu temperatura espiritual va de 60° para abajo, es momento de replantear tus modelos mentales acerca de la relación que vives actualmente con Dios. Es momento en que empieces a romper con los moldes de religiosidad que han gobernado nuestras vidas desde hace muchos siglos; ya es tiempo de recibir un avivamiento con poder del Espíritu Santo, ya es tiempo de que La Palabra de Dios sea vivificada en cada una de nuestras vidas. Es un tiempo de cambio, no de Palabras. El evangelio de Cristo consiste en poder y no sólo en palabras. Es hora de lanzarse a la piscina del Espíritu Santo, a la piscina del Evangelio, a la piscina del Dios vivo, Jesucristo. Si el poder de Dios fuera como una piscina a la que pudiéramos acceder, ¿en qué profundidad estaríamos? ¿Afuera, viendo a los demás ser bañados de gloria, poder y bendición? ¿Con el agua hasta los tobillos, por nuestras dudas e incredulidades? ¿Quizás hasta la cintura, por temores o por que creemos que no necesitamos más? ¿O tal vez estamos sumergidos, explorando nuevas profundidades, viviendo la frescura de las Aguas del Evangelio, del Espíritu Santo, que entra en nuestra vida y tiene como promesa que no nos dejará nunca más?
Estamos viviendo momentos decisivos para nuestras vidas. Si te preguntara en este momento, ¿qué escogerías? ¿Quieres tener un cambio real para tu vida?
Todo cambio implica un riesgo; arriesgarse para vencer, arriesgarse para ganar...”Sólo los valientes arrebatan el reino” un pasaje fabuloso de la Palabra de Dios, dónde nos muestra que para arrebatar las bendiciones de Dios debemos disponer nuestro corazón y estar dispuestos a pagar un precio a cambio de una fuente inagotable de bendiciones que es en Jesucristo, señor nuestro.
¡No esperes que otros arrebaten las bendiciones que han sido preparadas para tu vida! ¡Eres especial para la Obra del Señor y es por eso que has sido escogido para un propósito específico y nadie puede cumplir la parte que te toca hacer a ti!
¿Qué es lo que decides?
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