TEXTO: Miqueas 6:8; Mateo 11:29.
INTRO: Uno de los enemigos más peligrosos del creyente es el orgullo o el amor propio. No hay un pecado que obre más astutamente en la vida del creyente. Ese pecado sabe cómo penetrar dentro de todo: en nuestro servicio a Dios, en nuestras oraciones y hasta en nuestra humildad.
El “amor propio” puede extraer los nutrientes tanto de algo muy pequeño en la vida carnal como también de las cosas más sagradas en la vida espiritual, Salmo 10:2; 73:6; Pr. 11:2; 16:19; 21:4; 28:25; 1 Juan 2:16.
I. Ejemplos de orgullo:
1. Faraón, Éxodo 5:2
2. Naamán, 2 Reyes 5:11.
3. Uzías, 2 Crónicas 26:1, 16.
4. Ezequías, 2 Crónicas 32:24, 25.
5. Amán, Ester 3:5.
6. Nabucodonosor, Daniel 4:29, 30.
7. Belsasar, Daniel 5:23.
II. Cada creyente tiene que estar alerta contra el pecado del orgullo. Hay que estudiar bien las Escrituras para ver qué dicen contra tal pecado.
1. El hombre fue creado para tener parte en la gloria de Dios y él busca la gloria en su propia vida, lo mejor será: Isaías 43:7, 21; 1 Corintios 10:31; 2 Ts. 1:11, 12.
2. Pero, una vez que el pecado entró en la raza humana, el hombre comenzó a buscar su propia gloria y su propia voluntad, Romanos 1:21.
3. Pero, por Su misericordia, Dios envió Su “gracia” para restaurar lo que el pecado ha arruinado. Aquella “gracia” traerá al hombre a la gloria de Dios si este tiene la voluntad de negarse a sí mismo, y vivir una vida consagrada y separada del sistema del mundo.
4. Jesucristo es nuestro Gran Ejemplo de humildad, ya que Él se dio a Sí mismo completamente para glorificar a Su Padre Celestial, Juan 8:50; 13:5; Filipenses 2:8.
5. Para estar libre del amor propio, uno tiene que quitar el orgullo en su vida para permitir que entre la humildad. Esta es una obra del Espíritu Santo, Ro. 8:2.
6. El Espíritu Santo usa las Escrituras para traer la humildad, Pr. 16:5; Mateo 23:12; Stg. 4:6; 1 Pedro 5:5.
7. Un espíritu de humildad da promesas gloriosas a los débiles, Sal. 34:18; Pr. 11:2; Isaías 57:15; Lucas 9:48; 14:11; 18:14.
8. En casi todas las Epístolas se recomienda la humildad, Ro. 12:3, 16; 1 Co. 13:4; Gá. 5:22, 23, 26; Ef. 4:2; Fil. 2:3.
9. El carácter más importante en la vida cristiana es la humildad, véase la vida de Jesucristo: Mateo 20:26-28; Lucas 22:27; Juan 13:14, 15.
10. La humildad siempre agrada a Dios:
(1) Es muy útil para el hombre quien fue creado para la gloria de Dios, Génesis 1:27; 1 Corintios 11:7.
(2) Como pecador, uno debe practicar la humildad, Isaías 6:5; Lucas 5:8.
(3) La humildad es esencial para los redimidos, Romanos 7:18; 1 Corintios 15:9, 10; Gálatas 2:20.
(4) Como hijo de Dios, el creyente tiene que considerar la humildad por sobre todas las cosas, 1 Pedro 5:6-10. (Fin)
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