Como callar una mentira

Silenciar la mentira

Job 20:1-29

Adelantémonos un poco momentáneamente, y enfrentemos las consecuencias. Algunas de las personas que están leyendo estas palabras tienen lenguas terriblemente afiladas. Dicen cosas que cortan, pero con frases que suenan piadosas e incluso elocuentes. Pueden sonar super religiosas a veces, pero son hirientes y nocivas. Implican mucho más de lo que realmente dicen. Aquí es donde el autocontrol juega un papel fundamental. ¡Qué valioso es pensar antes de hablar, y después de meditar bien las palabras juzgar su tono, su posible impacto, su autenticidad! Zofar no hizo nada de lo anterior, sino que, con imprudente indiferencia, dejó caer sus duras palabras como cargas de profundidad. Aunque Job era un experimentado y maduro hombre de Dios, esas palabras deben haberle herido cuando hicieron explosión en su mente. Las falsas y duras acusaciones también hieren.
El formarse el hábito del autocontrol es una disciplina de vital importancia. Cuando uno recibe información sobre otra persona, es mejor averiguar su fuente: “¿Cómo lo sabes? ¿Quién te lo dijo? ¿Es creíble la información?”. Estas preguntas sirven para silenciar a las personas que se inclinan a transmitir información dañina y exagerada. Ayudan para llegar al fondo del rumor. Además, se le da a la verdad la oportunidad de florecer al reemplazarla por la mentira. Pero usted tiene que saber que decir la verdad implica un precio.
Durante todo el sermón de Zofar, Job estuvo oyendo lo que mi madre solía llamar “un montón de cháchara”. Sólo una abundancia de palabras, el hombre ha estado diciendo sandeces. Lo que ha estado hablando contra Job no es verdad, a pesar de que sus palabras son poéticas y elocuentes. Job ha soportado con paciencia, pero se niega a permitir que esas palabras se queden sin respuesta.
He oído decir que, sea lo que sea, cuando surgen falsas acusaciones, lo que hay que hacer es sentarse tranquilamente y no decir nada, porque Dios nos defenderá. Hay ocasiones en lo que eso puede ser lo adecuado, pero no siempre. Recuerdo el dicho popular de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América, que dice: “Confía en Dios, pero ten seca la pólvora.” ¡Un sabio consejo! Si las mentiras están arruinando su reputación; si su compañía se está viniendo abajo por acusaciones falsas; y si su iglesia está siendo destruida y se encuentra desmoralizada por la información perniciosa de unos sabios mentirosos, hay veces en las que es necesario salirle al paso y aclarar las cosas. La verdad sirve para silenciar la mentira.
El formarse el hábito del autocontrol es una disciplina de vital importancia.—C. R.S

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