La
mayordomía del tiempo
Dios
creó el tiempo
Reflexionemos un poco sobre las preguntas
siguientes: ¿Quién inventó el tiempo, quién tuvo la idea, quién puso el orden,
quién construyó ese plan tan perfecto? (Gn 1:14; Hch 17:26)
Si contemplamos el macrocosmos y el
microcosmos, el sistema solar o la galaxia nuestra, las estrellas, en fin todo
el universo, no podemos menos que admirar y adorar a Dios en su Omnipotencia y
Sabiduría. Pues el tiempo también lo instaló Él.
Jesucristo
aprovechó el tiempo
(Mt 9:35: Mc 1:29,32,35)
El Señor Jesús era muy consciente del tiempo.
Él aprovechaba bien el tiempo. Se movía en el tiempo preciso de Dios. Sabía
esperar, sin quedarse atrás. Actuaba cuando lo consideraba a tiempo. Jesucristo
conocía, respetaba y aprovechaba el tiempo de Dios. Eso lo vemos en los
ejemplos que siguen: Mt 26:18;
Jn 2:4; 7:6; 9:4; 11:6-10.
Jesucristo no habló ninguna palabra ociosa,
ni desperdició ningún minuto de su vida. Su vida terrenal fue de 30 años de
preparación y sólo 3 años de ministerio, pero cumplió totalmente con la tarea
encomendada por su Padre. Nosotros trabajamos 30 años y aún así no cumplimos
nuestra tarea.
Nosotros
debemos administrar nuestro tiempo
¿Te has puesto a pensar alguna vez lo breve
que es la vida humana? De jovencito quería tener 20 ó 25 años. A los 20 quería
tener 30. Pero a los 30 ya quería tener algo menos. Y a los 35 ya me asusté lo
rápido que estaba pasando mi vida. ¿Cuántos años es la media de una vida?
¿Puedes hacer cuentas y determinar cuántos años te quedan todavía a disposición
si llegaras a la media de una vida? ¿Cuánto tiempo tiene el hombre a su
disposición? (Sal 90:10; Jac 4:14)
Administrar correctamente no significa
correr, ponerse nervioso, entrar en estrés, etc. También
el descanso es necesario. (Mc 4:38;
6:31; 14:41)
Muchos se agobian porque piensan que tienen
que atender a toda llamada de necesidad (donde se solicita nuestra ayuda). Pero
eso es algo imposible. No somos omnipotentes ni omniscientes. Somos personas
muy limitadas. El que no reconoce esto puede sufrir un colapso nervioso o caer
en grave depresiones. Extralimitarse puede ser causa de orgullo o vanagloria o
incluso soberbia. Por lo tanto, cuidado con expresiones tan conocidas como: ‘no tengo tiempo’, ‘estoy demasiado ocupado’, ‘mañana te atenderé’, etc. Tú eres responsable delante de Dios del uso de tu tiempo.
El día y las horas no te pertenecen. Administra sabiamente tú tiempo. No puedes
trabajar atendiendo siempre las ‘urgencias’. Planifica tu tiempo según
principios y prioridades. (Mt 6:33)
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