Promesa Navideña 21

EL JUSTO

PROFECÍA PROCLAMADA: Jeremías 23:5-6

Durante la semana de la Pascua cuando Jesús murió, Él ingresó en la ciudad de Jerusalén. Evento llamado “La entrada triunfal”.

Al mismo tiempo que el Señor Jesús descendía del monte de los Olivos, los corderos de la Pascua salían de los campos de Belén. Al mismo tiempo que el Señor Jesús entraba por la Puerta Oriental, los corderos entraban por la Puerta de los corderos.

En el monte del templo examinaban l Señor Jesús. Trataban de encontrar alguna falta en Él, pero Pilato tuvo que confesar: “Ningún delito hallo en este hombre” (Lucas 23:4). Al mismo tiempo, esos corderitos pasaban inspección porque el cordero de la Pascua debía ser sin defecto, ni mancha. Hasta les examinaban sus párpados para cerciorarse que esos corderos eran el sacrificio perfecto.

Jesús después de celebrar la cena de la Pascua, la última cena con sus discípulos, se encamino al huerto de Getsemaní, y a las nueve de la mañana siguiente, cuando se dirigía al Calvario, los sacerdotes afilaban sus cuchillos letales para sacrificar a esos corderitos de la Pascua.

Cuando Jesucristo, colgaba sobre la cruz a las tres de la tarde e inclinó su cabeza y clamó: “Consumado es” (Juan 19:30), los sacerdotes levantaban la barbilla de esos corderitos perfectos y cortaban sus gargantas.

Amigo, cuando Jesús murió, los sacerdotes dejaron de ser necesarios. Esos pastores ya no necesitaban criar más corderos en los campos de Belén porque el Cordero Perfecto de Dios murió por nuestros pecados. Él es el Santo, el Justo y el Sacrificio Perfecto.

PROFECÍA CUMPLIDA: 2  Corintios 5:21

Al leer el pensamiento de hoy: Agradézcale a Dios que aún bajo minucioso escrutinio, Jesús fue hallado Justo. Ore que la justicia de Cristo sea manifestado en su vida.

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