Subió a la montaña

Adore A Dios A Solas

Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Mateo 14:23


Jesucristo fue el único que nació humano y divino. Debido a que tendemos a pensar en él como el Hijo de Dios más que como el Hijo del Hombre, a menudo pasamos por alto lo que podemos aprender de sus experiencias humanas.

Cuando Jesús alimentó milagrosamente a cinco mil personas cerca del Mar de Galilea, su poder divino y sus privilegios fueron claros (Mateo 14:13-21). Sin embargo, después de este suceso vemos la humanidad de Jesús de formas que nos tendrían que facilitar nuestra identificación con él. Luego de despedir a la multitud y enviar a sus discípulos, Jesús se dirigió a un sitio en la ladera de la montaña para estar a solas con Dios.

¿Cómo es que el Hijo de Dios necesitaba estar a solas con Dios? Aunque el misterio puede seguir en pie, una cosa está clara: el marcado contraste entre la agitación de una gran muchedumbre y la paz de estar completamente solo. La mayoría de los cristianos de hoy solo experimentan lo primero. Note que Jesús creó su soledad al apartarse de los demás. ¿Cuándo fue la última vez que buscó tiempo para el hecho explícito de adorar a Dios a solas?

La compañía de la gente es necesaria para muchas cosas, pero el adorar a Dios a solas no es una de ellas.

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