LA TELEVISIÓN 4 Su Influencia


LA TELEVISIÓN IV
Sin lugar a dudas que la televisión ha vivido cambios radicales desde que en el año 1927 la BBC realizó su primera transmisión televisiva. Nadie duda sobre su rol en la II Guerra Mundial en la década de los '40, la llegada del color en la década de los '70, y la globalización con la constante utilización del satélite en los '80, la digitalización de sus transmisiones en la década de los '90, hasta llegar a la era de la interactividad en nuestros tiempos. La televisión vive en una constante dinámica de cambio que no solo afecta su estructura tecnológica, sino también sus contenidos. ¿Cómo borrar de nuestra mente colectiva la llegada del hombre a la Luna, el asesinato de Kennedy o la reciente transmisión en vivo del atentado a las torres gemelas? Sin duda que la televisión es una influencia poderosa, llegando donde otros medios no pueden llegar. Cualquiera sea la raza, sexo, edad, religión, idioma o nivel socio-económico de las personas, la sociedad a nivel mundial, se a unido alrededor de la experiencia cultural de ver la televisión. Según datos de la UNESCO, América Latina muestra un aumento de la oferta de canales de televisión disponibles y también un aumento de televisores en los hogares.Sin embargo, hay que tener muchísimo cuidado con los valores y preceptos morales comunicados a través de la televisión. En anteriores programas hemos estado analizando las influencias negativas de la televisión en la vida de nuestra familia, en especial en la vida de nuestros hijos. Analizamos que la primera influencia nociva de la televisión es el constante bombardeo de Violencia y Agresividad. También dijimos que la segunda influencia nociva de la televisión es que presenta una visión distorsionada acerca del Sexo y de la Sexualidad. Estuvimos de acuerdo en que la tercera influencia nociva de la televisión es que perturba la Comunicación en el Hogar y el tiempo en familia.
Hoy analizaremos que la cuarta influencia nociva de la televisión es que promueve la obesidad. Existe una conexión muy marcada entre mirar demasiada televisión y la obesidad. El Dr. Robert Klesges, un investigador de la Universidad Estatal de Memphis, encontró que "los niños que ven televisión tienden a quemar menos calorías por minuto, no sólo porque no se involucran en juegos activos, sino también porque se pierde menos calorías que aquellos que solo leen o simplemente no hacen nada." De hecho el ver televisión quema tan pocas calorías que sólo es comparable a las mínimas calorías que se gastan cuando el cuerpo está en fase de sueño. Además, mientras más sobrepeso tenga el niño, más grave es el efecto. Por ejemplo, para niños de peso normal, el ver televisión reduce hasta en un 12% su ritmo metabólico. En cambio, en los niños obesos el ritmo del metabolismo se reduce hasta en un 16%.
El Dr. Klesges sugiere lo que es obvio: "Parece prudente para la gente de todas las edades que tienen problemas de peso, restringir su tiempo frente al televisor y hacer, en cambio, algo que los mantenga más ocupados." Porque, cuanto más televisión miren las personas, menor será el tiempo que disponen para las actividades físicas.
Además, una gran mayoría de los anuncios publicitarios de alimentos dirigidos a los niños, son de comidas procesadas y de altas calorías. Estamos hablando de las hamburguesas, perros calientes, golosinas, chocolates, bebidas con gas que contienen colorantes y azúcar, etc. Estos anuncios promueven malos hábitos alimenticios. Como usted sabe, raramente se anuncian comidas saludables en los comerciales televisivos, estamos hablando de las frutas, verduras, vegetales, agua, etc. A todo esto debemos agregar lo perjudicial que es comer mientras se mira la televisión, puesto que promueve la obesidad. Los niños y adultos que comen mientras miran televisión no se dan cuenta de cuanto han comido. Esto aumenta el riesgo de comer demasiado.
Entonces, la próxima vez que se encuentre sentado frente al televisor o comiendo mientras mira un programa televisivo, recuerde que el metabolismo de su cuerpo se está reduciendo hasta en un 16%. En cambio, si usted conversa con su familia o lee un libro estará quemando más energías que cuando simplemente ve la televisión.La quinta influencia nociva de la televisión es que afecta el rendimiento escolar. Todos conocemos la crisis de educación existente en nuestros países latinoamericanos. Los políticos y congresistas tratan de solucionar este problema asignando un mayor presupuesto a esta área. Por otro lado, los ministros de educación tratan de actualizar los conocimientos y motivar a la excelencia a los profesores. Sin embargo, existe una clara evidencia de que la mucha televisión tiene efectos adversos en el desempeño escolar de los niños. El asunto de fondo es, que entre más televisión ve un niño, más negativo es el impacto en su aprendizaje y desarrollo escolar.
Según un estudio realizado por Nielson, los niños escolares pasan semanalmente 26 horas y 20 minutos en promedio, viendo televisión. En cambio ¿cuantas horas semanales dedican sus hijos a la lectura o simplemente a comunicar sus pensamientos? Otro estudio, realizado por la empresa Singer y Singer señala que los niños pasan más tiempo viendo televisión que realizando cualquier otra actividad, excepto dormir.
¿Cómo es el rendimiento escolar de sus hijos? ¿Cuál de sus hijos tiene problemas de aprendizaje? ¿Cuántas horas al día, permite usted, que sus hijos miren la televisión? Sin lugar a dudas que los gobiernos y los ministros de educación de cada país deben implementar reformas educativas; pero indudablemente debe ir acompañado con reformas en el hogar. Esto tiene que ver explícitamente con los hábitos televisivos de la familia. Usted, como padre o madre de familia, debe conversar seriamente con su cónyuge acerca de cómo cambiar los malos hábitos televisivos de la familia.
A continuación le propongo que realice las siguientes reformas en su hogar, específicamente en el área de los hábitos televisivos.
En primer lugar, procure reestructurar el tiempo de ocio o de diversión de sus hijos. Cuanto más pequeños sean sus hijos, más fácil y natural resultará el cambio. Ellos disfrutarán de un paseo al aire libre, andar en bicicleta, dibujar, armar rompecabezas, jugar en la alfombra con las muñecas en el caso de las niñas, o jugar con los soldaditos de plomo en el caso de los niños. Enséñeles a cantar canciones infantiles y leales sus cuentos favoritos. Todo ello ayudará a que la familia tenga un sano hábito de esparcimiento. En el caso de hijos adolescentes puede intentar con juegos como el ajedrez, las damas, armar un rompecabezas de 1000 piezas, ir a pescar, correr juntos, practicar deportes competitivos o leer juntos un libro interesante.
En segundo lugar, no permita que ningún integrante de la familia coma mientras mira la televisión. Comer mientras se mira la televisión promueve la obesidad, principalmente porque uno no se da cuenta de cuanto ha comido. Además, el solo hecho de mirar televisión produce que nuestro metabolismo se reduzca en un 16%, es decir que es la actividad que menos calorías quema, solo comparable con la actividad pasiva del sueño.
En tercer lugar, no encienda el televisor hasta cerciorarse que sus hijos hayan terminado sus tareas escolares. Si usted hace respetar este principio en su hogar, habrá logrado un 70% de éxito en el rendimiento escolar de sus hijos. Procure que sus hijos descansen o duerman a la llegada de la escuela y que la primera actividad que realicen al despertar sean sus tareas escolares. Permítales ver la televisión por un tiempo limitado, solo cuando sus hijos hayan finalizado sus tareas.
En cuarto lugar, motive a sus hijos a leer buenos libros. El libro más antiguo de la humanidad, el más leído y que ha transformado la vida de millones de personas, es la Biblia. Jesús dijo en Mateo 24:35 lo siguiente: "El cielo y la tierra pasaran, pero mis palabras no pasaran." Todo lo que está escrito en la Biblia es cierto y sucederá. Una de las tantas verdades proclamadas por la Biblia es que solo Jesús puede limpiar los pecados del ser humano. 1| Juan 1:7 dice "la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado." Antes de terminar este programa quiero preguntarte... ¿Tus pecados ya han sido limpiados? ¿Jesús vive en tu interior? No tardes más, eleva una oración a Dios, pidiendo a Jesús que limpie tu corazón.

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