Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Mateo 6:21
Hay una parábola antigua llamada “El puño de mono,” que enseña una profunda lección. Algunos nativos atrapan monos abriendo un agujero en un coco, llenándolo con carnada, y después amarrándolo a algún árbol para atraer a los monos. Cuando el mono mete la mano por la pequeña abertura del coco, su mano pasa por el agujero, pero una vez que la mano está llena de la carnada, no puede sacarla; y el mono queda atrapado. La lección para todos nosotros es que el coco no fue la ruina del mono, sino más bien su codicia al no querer soltar la carnada.
Conozco a muchos así. Se aferran a sus posesiones materiales tan firmemente en la actitud de sus corazones que la ansiedad los deja inválidos, impactando negativamente su fe, su familia y sus amigos, y su futuro. Si tan sólo pusieran a Dios primero, dándole lo que le pertenece de su tiempo, talento y tesoros, dejarían de afanarse por su futuro.
Si usted está aferrando firmemente algo ahora mismo, está atrapado y deber abrir su puño. No hay mejor ocasión para abrirlo. Abra sus manos ahora. Dios tiene increíbles dádivas y recursos para usted; más de lo que podría contener en sus manos.
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