Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos.
Filipenses 4:15
Hudson Taylor, predicador inglés que fue pionero de las misiones en China, nunca solicitó dinero para su trabajo. Más bien, creía profundamente que Dios supliría todas sus necesidades, y todos los días oraba por su provisión. Dios respondió a sus oraciones, y la gente daba ofrendas a tiempo, lo que le permitió a Taylor continuar su ministerio. El sostenimiento que le dieron ellos como colaboradores de Cristo ayudó para llevar la Palabra de Dios a los chinos.
Dios honró la generosidad de aquellos creyentes, y también lo hace con la nuestra. Él aprecia una ofrenda y un corazón generoso que responde al ministerio y permite que otros hagan la obra de Dios (2 Corintios 9:7). Como el apóstol Pablo escribe en Filipenses, tales ofrendas son ofrenda fragante, sacrificio aceptable, agradable a Dios (4:18).
Pídale a Dios oportunidades en las que usted puede invertir en la obra del reino de Dios. Esto puede ser hacer más en su iglesia local, u ofrendar para misiones. Al hacerlo, usted tal vez esté ayudando al próximo Hudson Taylor, y descubriendo una verdad valiosa: Es mejor dar que recibir.
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