Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
Juan 14:15
Cuando Eddie Taubensee, de los Cleveland Indians, tuvo que dejar de jugar a causa de una lesión reciente, vio un plan divino tras ello: "Ya no estoy bajo las luminarias, y eso está bien", dijo. "Puedo lidiar con ello. En un sentido ahora soy libre de hacer lo que quiera. Sin embargo, voy a ser esclavo de todos —de mis compañeros, de toda persona con la que entre en contacto— para ganar a todos los que pueda para Cristo".
Cuando Jesús dijo: "Si ustedes me aman obedecerán mis mandamientos", quiso decir que de toda ocasión de la vida, buena o mala, hiciéramos una oportunidad para ser obedientes. Al celebrar el regalo de la Navidad que Dios nos da, debemos preguntarnos: "¿Qué regalo de obediencia puedo darle hoy a Dios?"
Quizá haga falta someter nuestro carácter al control de Cristo. O tal vez tengamos que cambiar nuestro vocabulario. También puede ser que Dios nos esté instando con suavidad a perdonar una ofensa, a pasar por alto un insulto. ¿Necesita expresar su amor con más libertad hacia su esposa? ¿Es modesto en su forma de vestirse? (1 Timoteo 2:9).
Este año termina y es un buen momento para dejar atrás algunos viejos hábitos. Confiésele a Dios sus pecados y decida ofrecerle, ahora que comienza un año nuevo, no palabras vacías sino actos de obediencia.
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