Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, . . .
Ezequiel 36:26-27
Los periódicos publicaron en cierta ocasión la triste historia de una mujer que perdió la oportunidad de trasplante de corazón que necesitaba, debido a un robo menor. Un juez la había puesto en libertad de la cárcel a fin de que ella pudiera ser incluida en la lista de espera para los trasplantes; pero antes de que apareciera un donante apropiado, la mujer robó $500 en artículos de tocador, y acabó de nuevo en la cárcel. Ya no puede calificar para un trasplante.
La mujer es emblemática de millones de personas que pierden la oportunidad del nuevo corazón que Dios les ofrece. La Biblia enseña que Dios quiere cambiar nuestro corazón de piedra por un corazón nuevo, un corazón tierno, un corazón que perdona, un corazón que latirá para siempre en el cielo. Es una dádiva que se recibe por gracia y por fe.
Tener un cambio de corazón no significa simplemente un cambio de opinión o que alteramos nuestra actitud. Significa que literalmente recibimos un cambio de corazón. No renuncie a su nuevo corazón. Si no conoce a Jesús como Salvador y Señor, pídale hoy que le dé un nuevo corazón.
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