Palabras Con Sal
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Colosenses 4:6
Hay un viejo refrán que dice: “Lo que hay en el pozo es lo que sale en el balde.” Esa es otra manera de decir lo que el Señor recalca en Mateo 12:34: “Porque de la abundancia del corazón habla la boca.”
Cuando tenemos las Escrituras envueltas alrededor de nuestro cerebro como si fuera un casco, especialmente mediante la memorización y la meditación en las Escrituras, nuestras mentes se llenan de la Palabra de Dios. Eso satura nuestros pensamientos. Cuando nos quedamos dormidos pensando en sus promesas, y nos despertamos teniéndolo a Él en nuestra mente, eso cambia el patrón de nuestro cerebro. Descubrimos que a menudo tenemos una palabra de ánimo para alguien. Si continuamente llenamos nuestra mente con el conocimiento de Cristo, Él traerá a nuestra mente las palabras necesarias en cada situación.
Todo buen cocinero sabe que la sal mejora el sabor del alimento. No es simplemente cuestión de darle a la comida un sabor salado. Hay algo en la sal, cuando se la usa en la cantidad apropiada, que hace que mejore el sabor de los demás ingredientes y los hace sabrosos.
Que Dios nos ayude a poner sal en nuestras conversaciones con el sabor de la Palabra de Dios.
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