Arroyo Pedregoso
(David) tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.
1 Samuel 17:40
Cuando pensamos en el episodio de David y Goliat, hacemos énfasis en la honda. Pero note el resto del equipo de David. Tenía su cayado en la mano, y el saco pastoril junto a su cuerpo. En ese saco puso las piedras que escogió del arroyo. David no quiso la armadura de Saúl, pero no podía valerse sin su propio equipo sencillo: una honda, un cayado, unas cuantas piedras, y un saco de pastor.
Sin la piedra, la honda no habría servido de nada; y sin el saco pastoril, las piedras no habrían estado al alcance. David estuvo organizado para la batalla.
En nuestras batallas en la vida necesitamos tener a mano nuestras municiones. ¿Llevamos con nosotros una Biblia en el teléfono o un Nuevo Testamento de bolsillo? ¿Hay una Biblia abierta en su escritorio o junto a su cama? ¿Ha memorizado un versículo bíblico recientemente? ¿Lo tiene guardado con seguridad en su corazón?
La Palabra de Dios es un arma potente, pero sólo si se la tiene fácilmente al alcance.
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